A partir de la difusión del Yoga en Occidente, muchos investigadores se interesaron en los saludables efectos de un componente fundamental de nuestra práctica: la relajación, particularmente para el manejo de la fatiga, el estrés y la ansiedad. Estas observaciones condujeron a la experimentación de varias técnicas de relajación, cuyos resultados revelaron múltiples beneficios como la disminución de la tensión muscular y el dolor asociado; el equilibrio del ritmo cardíaco; la regulación de la presión sanguínea y mejor riego periférico en las extremidades; la reducción de los niveles de las hormonas del estrés y el incremento de los niveles de serotonina, neurotransmisor que favorece el bienestar, la afectividad, el humor, el apetito y la actividad motora.Y hay más beneficios: el mejoramiento del sistema inmunológico; la profundización y regularización de la respiración, con la consiguiente optimización del aporte de oxígeno al cerebro, lo que potencia procesos cognitivos como la concentración y la memoria; la modificación de los ritmos cerebrales, favoreciendo especialmente al ritmo Alfa, consistente en ondas cerebrales que facilitan la sensación de tranquilidad y bienestar, propician el sueño y la calidad del descanso. Son las ondas que predominan en las personas calmas, creativas y de mente clara.También se ha observado que las técnicas de relajación mejoran el estado de ánimo e incrementan la sensación de energía y vitalidad tanto a nivel fisiológico y somático, como emocional y cognitivo, porque sus procedimientos recuperan la homeostasis o equilibrio en nuestros sistemas. Consecuentemente, la estabilidad emocional favorece tanto la capacidad de aprendizaje y de resolver problemas, como el flujo del estado de conciencia.Terapeutas de diversas disciplinas disponen hoy de una creciente variedad de técnicas de relajación que van desde la relajación progresiva, el entrenamiento autógeno y la técnica de Alexander, hasta ejercicios respiratorios y visualizaciones como el Biofeedback, así como prácticas de Meditación y de Atención Plena o Mindfullness inspiradas en los antiguos Upanishads y en la tradición budista. Aquí debemos mencionar que la reducción del estrés basada en la atención plena, se inserta en un programa de la medicina complementaria creado en la Escuela de Medicina de la Universidad de Massachusetts por el Dr. Jon Kabat- Zinn, quien “adaptó el formato de las tradiciones orientales para hacerlo compatible con nuestro contexto de vida occidental. Además, inauguró la investigación científica en torno a sus efectos y mecanismos”, como nos explica ahora Facundo Manes. Pero dejemos que la Prof. Karina Semper nos describa la experiencia de la relajación consciente desde una de sus clases de Hatha Yoga: “Ya sin resistencia mental o física, el estado de conciencia cambia totalmente cuando la mente puede internarse en un plano más profundo, pero plenamente consciente del presente. Se practica al finalizar la serie de la clase por 5 ó 10 minutos y también, brevemente, entre ejercicios y posturas”. El Prof. Ansaldi completa la descripción: “Como la relajación es fuente de energía, el cuerpo se recupera y rejuvenece porque se van cargando las baterías biológicas. Además, actúa como un escudo protector de toda influencia exterior o interior… precisamente cuando la persona pareciera tan expuesta y vulnerable”, relajada en la colchoneta, en la hora del ahora. Namasté.ColaboraAna Laborde Profesora de Yoga [email protected]





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