Sabido es que el presente no es el más alentador en materia de obras públicas. Desde mediados de 2015 que el kirchnerismo comenzaba la entrega del poder en el país, las provincias comenzaron a sentir un bajón en la llegada de los fondos para financiar viviendas, puentes, rutas, hasta planes de cordón cuneta firmados meses antes para la campaña electoral.Ahora, el macrismo puso sus fichas en el caso del Norte argentino, al Plan Belgrano, a pesar de -por ahora- resultar apenas un membrete de algo que se supone comenzará a funcionar con el nuevo presupuesto nacional.El oficialismo nacional necesita de sectores de oposición como aliados en el Congreso para convertir en ley temas trascendentales como el proyecto de presupuesto, a pesar de las ya conocidas partidas recortadas que habrá en el caso de Misiones: más del 40% para la obra pública.El Gobierno tiene previsto convocar el mes próximo una cumbre con los diez gobernadores de las provincias norteñas para que el titular del Plan Belgrano, José Cano, brinde detalles sobre las obras planificadas y que fueron prometidas durante la campaña, y por cuya demora en la realización despertó cuestionamientos de mandatarios peronistas.Anticipan que Chaco podría ser el lugar elegido para el mes de noviembre. Antes, Cambiemos quiere ver cómo actúa cada provincia con sus diputados nacionales al momento de apoyar el presupuesto.Todo hace suponer que habría legisladores del PJ disidente, del massismo y hasta del kirchnerismo que aportarían el número necesario para tener el presupuesto tal como lo pensó Macri con algunas mínimas modificaciones aportadas en la Comisión Legislativa. Así funciona la convivencia política.





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