El módulo europeo “Schiaparelli” inició este domingo un descenso de un millón de kilómetros hacia Marte, donde debería posarse el miércoles, todo un desafío tecnológico para Europa, que quiere probar su capacidad para controlar este difícil ejercicio.Tras un periplo de siete meses para llegar al planeta rojo, “Schiaparelli” se separó de la sonda rusoeuropea TGO (Trace Gas Orbiter) hacia las 14:40 Hora de Greenwich.La separación está “confirmada”, declaró entre aplausos Michel Denis, director de las operaciones de vuelo de ExoMars 2016, desde el centro de control de Darmstadt (Alemania). De forma simultánea, la sonda Trace Gas Orbiter (TGO) que llevó a “Schiaparelli” en su viaje de 496 millones de kilómetros desde la Tierra, debe colocarse en órbita en torno al Planeta Rojo, una fase complicada para esta misión ruso-europea. Hasta hora, sólo Estados Unidos ha logrado la hazaña y los europeos enfrentan la misión con el nefasto precedente del proyecto Beagle 2, que desapareció sin dejar rastro hace trece años, justo después de separarse de su nave madre. En 2015, las imágenes de una sonda estadounidense permitieron constatar que el aparato había logrado aterrizar pero que sus paneles solares no habían conseguido desplegarse. El gran salto que tiene que dar el módulo Schiaparelli es la primera etapa de ExoMars, una ambiciosa misión científica conjunta entre Europa y Rusia, que tiene dos objetivos: buscar indicios de que haya vida actualmente en Marte o signos de que ésta haya podido desarrollarse en el pasado. La sonda TGO, por su parte, estará a cargo de “olfatear” la atmósfera de Marte para detectar restos de gases, como el metano, un posible indicio de que actualmente hay alguna forma de vida. Sus labores comenzarán a principios de 2018.Fuente: Noticias Argentinas





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