El cementerio La Piedad de Posadas fue, desde horas tempranas, escenario de este peregrinar para honrar a quienes ya partieron. Muchos aprovecharon para limpiar panteones, barrer, juntar los residuos, encender velas, rezar o simplemente meditar al lado de los seres queridos, menesteres que con la rutina diaria se vuelven complicados de concretar. “Este es el homenaje para las que ya no están con nosotros”, manifestó un hombre que, mate en mano y sentado sobre una piedra, meditaba junto a una tumba. Otro hombre relató que junto a su esposa fue a visitar a su suegra y que más tarde haría lo propio para saludar a su madre en un camposanto privado. Ramona Oviedo (79) vino a ver a su mamá pero, aprovechando la agradable temperatura matinal, le pareció oportuno pasar también por el lugar en que se encuentra su padre y sus hermanos, limpiar el polvo de las tumbas y pasar un poco de lustre. Luciano es empleado de la Municipalidad de Posadas y fue convocado como refuerzo de seguridad con el propósito de guiar a la gente que no logra ubicarse en el cementerio local. A su entender, “veo a menos visitantes” en comparación al Día del Padre, aunque “no puedo precisar cuales serán los motivos”, manifestó. Agregó que existe la posibilidad que muchos hagan “como acostumbramos en nuestra familia con todos los seres que amamos, que es tenerlos presentes en lo cotidiano y, en el caso de las madres, honrándolas con las buenas acciones y con los valores que inculcaron de pequeños”.Fotos y Video: J.C. Marchak





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