Mientras el diputado renovador Joaquín Olivera, exintendente de Panambí, salió a insistir con la construcción de una represa sobre el río Uruguay, un nuevo estudio científico confirma el impacto de las hidroeléctricas en el calentamiento global.“Más allá de que debemos producir energías alternativas, ya sea a través de biomasa, de la eólica o la solar, indefectiblemente debemos construir las represas proyectadas desde hace mucho tiempo en Misiones, porque la sustentabilidad socioeconómica de la provincia va a estar dada a través de una explotación racional de nuestros recursos”, sostuvo Olivera en un comunicado de prensa. El renovador se hizo eco de la reunión entre los presidentes de la Argentina y Brasil, Mauricio Macri y Michel Temer donde acordaron días atrás en Buenos Aires avanzar con la conclusión de los estudios de viabilidad para la represa de Garabí-Panambí. Nuevo estudioTal como se viene insistiendo desde PRIMERA EDICIÓN, ahora los investigadores de la Universidad del Estado de Washington concluyeron que todos los embalses, no solo los construidos en zonas tropicales, generan 1,3% del total de gases de efecto invernadero producido por la humanidad. El hallazgo ratifica una vez más que las represas no son energía limpia y afectan el clima.Los embalses de las grandes represas son una fuente “subestimada” de gases de efecto invernadero, principalmente metano, un contaminante 34 veces más dañino que el dióxido de carbono, señala la investigación.De acuerdo con el estudio, los gases contaminantes provienen de la descomposición de la materia orgánica que es inundada por los embalses artificiales de agua. La contaminación generada es de gran magnitud. Los embalses generan 1,3% de los gases de efecto invernadero de toda la humanidad en un año (más que todas las emisiones contaminantes de Canadá) y el 80% de esa contaminación es metano, señala la investigación.“En toda América, gobiernos están impulsando la construcción de cientos de grandes represas, sobre todo para producir energía, argumentando que ayudan a mitigar el cambio climático al ser fuentes limpias”, explicó Astrid Puentes Riaño, codirectora de la Asociación Interamericana para la Defensa del Ambiente (AIDA). “Es cada vez más claro que las grandes represas, más que una solución, son un problema. Los líderes del mundo deben con urgencia empezar a planificar e implementar soluciones energéticas alternativas a fin de conseguir un avance real en la lucha contra el cambio climático”.“Las grandes represas son una de los causas más importantes de la destrucción ambiental en la Amazonía”, dice Leila Salazar-López, directora ejecutiva de Amazon Watch. “Además de emitir metano, destruyen la biodiversidad y los bosques ancestrales de miles de comunidades indígenas y tradicionales que han vivido por siglos de los ecosistemas ribereños. Es imprescindible calcular los costos reales de las grandes represas para entender todos sus impactos y no generar más daños que beneficios”.Biomasa es mejorEl diputado provincial de Trabajo y Progreso, Claudio Wipplinger, consideró que “hay una necesidad urgente de generar energía” pero recordó que “la provincia por ahora descartó el tema de nuevas represas, lo dijo el propio secretario de Energía, Sergio Lanziani, quien informó que las represas no están en la agenda y están trabadas por cuestiones legales”.Por otra parte Wipplinger remarcó que “hace muchos años nosotros venimos proponiendo la generación a través de biomasa, ahora vemos que están tomando en serio esta idea”.Al respecto, el legislador provincial remarcó que “la biomasa podría solucionar en poco tiempo la necesidad de energía, además de generar un efecto muy contundente en la generación de empleo y crecimiento económico”.Wipplinger explicó su propuesta: “Si hay voluntad política, el Estado hoy está en condiciones de encarar una planta de generación por biomasa de 40 megas en el Parque Industrial de Posadas con un plazo de dos años, utilizando materia prima misionera, se podría traer algo de Corrientes y también los desechos urbanos”.“Además de construir dos plantas de 32 megas, el tamaño es estimativo, en la Zona Centro de la provincia. Con esto, en dos años, estaríamos en condiciones de aportar 104 megas con materia prima que hoy está sobrando en los aserraderos y en los montes sin utilizar. Resolveríamos rápidamente el problema energético además de impulsar la economía y el empleo”, finalizó el diputado de Trabajo y Progreso.Ley de ríos libresEduardo Luján, de la Mesa Provincial “No a las Represas” sostuvo que “entre los numerosos argumentos que hemos expresado para justificar porque no se deben construir más represas hemos enumerado el referido a la emanación de gases de efecto invernadero, corroborado en la actualidad por estos informes científicos”.“En el caso de las represas ya construidas o proyectadas en la región la generación de estos gases es más intensa y de mayor volumen por el tipo de lecho de los lagos y las temperaturas, por tratarse de regiones subtropicales, como así también aumentan los aportes de materias orgánicas por los ríos que alimentan los lagos de las represas”, agregó Luján.“Por esto sería de suma importancia se considere el proyecto de “Ley de ríos libres” presentado por la Mesa No a las Represas en el año 2015, por supuesto con el debido tratamiento en la Legislatura provincial y que en lo posible concluya con su aprobación. Se debe tener en cuenta que el mismo tiene el apoyo de miles de misioneros que han participado con su voto negativo en el plebiscito por Corpus y en la consulta popular impulsada por la Mesa”, finalizó Luján.





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