La calle Pueblos Guaraníes es una de las pocas asfaltadas del barrio y, también, donde se erige el muro que separa el complejo habitacional del Centro de?Espiritualidad Fátima, al que debe su nombre. Fue en ese lugar donde, paradójicamente, el sábado por la mañana la violencia hizo mella. Allí,<a href="http://www.primeraedicion.com.ar/nota/231457/lo-acusaban-por-un-robo-y-lo-mataron-a-golpes.html"> un joven fue asesinado a golpes por otros cuatro que lo acusaban por un robo</a>. Dos sillones plegables y una olla conformaron el magro botín por el que fue ultimado, en un nuevo caso de “justicia por mano propia” que conmueve a la capital provincial.Fue en una casa de la manzana 90 del barrio Fátima donde los policías encontraron el cuerpo sin vida de Facundo Alcaraz, del que en principio se sabía apenas su nombre. De unos 30 años, la víctima era del barrio Tiro Federal de Posadas, aunque en las últimas semanas había sido visto por Fátima innumerables veces. “Dormía donde le agarraba la noche”, le contó un vecino a PRIMERA?EDICIÓN, minutos después del crimen.Poco se sabía del joven. En principio, siquiera su apellido. Es que no había podido ser reconocido. Cuando los criminalistas llegaron a la galería de la casa emplazada en Pueblos Guaraníes y Fray José Acevedo, su rostro aún estaba hinchado por los golpes que le propinaron al menos cuatro personas. Para los uniformados, no hay dudas de que fueron los aprehendidos minutos después en el mismo barrio, de 16, 22, 23 y 33 años.Alcaraz no vivía ahí. ¿Cómo llegó hasta ese lugar? Para los efectivos de la Brigada de Investigaciones, del Comando Radioeléctrico de la Unidad Regional?X y de la comisaría seccional Decimocuarta, que trabajaron en el caso junto a los detectives de la Dirección de Homicidios, buscó refugio allí al percatarse de que los cuatro aprehendidos querían lincharlo.De la reconstrucción de los investigadores se desprende que el principio del final tuvo su primer capítulo cerca de las 10.30 de ayer en una vivienda de avenida Jorge Kemerer y Álvar Núñez Cabeza de Vaca, a unos 200 metros de donde la historia encontraría el desenlace fatal.A esa hora, siempre según la primera hipótesis, vecinos de la última de esas calles dieron aviso al propietario del inmueble sobre un delincuente que acababa de eludir la reja perimetral para llevarse dos sillones plegables y una olla. Al decir del vecindario, el malviviente tenía los rasgos de Alcaraz y había escapado hacia el trazado de Pueblos Originarios.El damnificado y los otros tres involucrados lograron seguir los rastros del presunto ladrón y llegaron hasta la casa que luego se transformaría en escena del crimen. En ese lugar lograron recuperar los sillones y la olla. Llevaron los elementos a su lugar de origen, pero volvieron luego sobre sus pasos, ahora para pedirle explicaciones al sospechoso del robo. Los testigos dicen que uno de los justicieros llevaba un machete.Los cuatro presuntos autores del crimen interceptaron al supuesto delincuente en la galería del inmueble. Entonces, arremetieron a golpes de puño y patadas. También hubo machetazos, pero las pericias médicas preliminares habrían determinado que los dos cortes que presentaba el cuerpo, sobre una pierna y en la espalda, no fueron determinantes para la muerte del joven. Por el contrario, habría sido la golpiza lo que derivó en el deceso de Alcaraz, que ya no tenía signos vitales para cuando arribaron a la escena los uniformados.La gravedad del caso derivó en la presencia del magistrado Fernando Verón en el lugar de los hechos. El titular del Juzgado de Instrucción 3 de la Primera Circunscripción Judicial, con asiento en Posadas, ordenó que el cuerpo sea sometido a una autopsia, a los fines de determinar de manera fehaciente las causas de la muerte.Ante la sustanciación de un sumario por “homicidio”, los investigadores comenzaron a trabajar y no tardaron en develar parte de lo que habría ocurrido. En pocos minutos cercaron la zona y detuvieron a los cuatro principales sospechosos. En la casa de uno de ellos, quien habría sido víctima del robo, fueron secuestrados un machete y un teléfono celular. Allí mismo estaban los sillones plegables que minutos antes había logrado recuperar.Ya entrada la noche, minutos después de las 20, Alcaraz finalmente pudo ser reconocido como tal. Una vecina de Fátima que, a su vez, había sido vecina suya en el antigüo barrio Tiro Federal de?Posadas -del que sólo quedaron unas cuadras y muchos afectados, como la víctima, fueron relocalizados- brindo los datos necesarios para que el fallecido finalmente tenga identidad. Con ese dato investigaban al cierre de esta edición si, entre otras cosas, tenía antecedentes policiales o cuales fueron sus últimos movimientos.El final sangriento de la historia derivó en un golpe para el barrio, que hasta anoche no salía del asombro por la gravedad del hecho. Será ahora el trabajo de las autoridades el que permitirá establecer si los hechos sucedieron como suponen los investigadores y qué pena le caben a los presuntos autores.Fotos: Gentileza N.Maradona





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