En las últimas horas, dos familias radicaron denuncias contra una guardería por supuesto maltrato infantil cometido contra niños de dos y tres años. En la mira de la investigación se encontraría la directora del establecimiento y su madre, una mujer de unos 70 años.En diálogo con PRIMERA EDICIÓN, uno de los denunciantes indicó que radicó la acusación luego de que su hijo, un pequeño de dos años, salió del establecimiento emplazado en el barrio Aguas Corrientes con un golpe y sangre en la boca. “Fui a buscar a mi hijo y lo encontré con un golpe terrible. Nadie me supo explicar qué había pasado. Después de eso noté que tenía conductas raras, le costaba dormir, estiraba del pelo”, relató el entrevistado.Tras el incidente, otra madre advirtió que su hija de tres años tenía un hematoma en el brazo. “La niña contó que la mujer de 70 años la zarandeó, la sentó, y como ella decía que le dolía el brazo, le pegó en la boca. La nena habla claro y contó todo lo que pasó”, manifestó. Ante los llamativos episodios ambas familias radicaron las correspondientes denuncias en el ámbito penal y ante la Municipalidad de Posadas. “Nadie les explicó nada”Luego de que el niño apareciera con la boca lastimada, sus padres intentaron hablar con la directora del establecimiento. Sin embargo, según consta en la denuncia, no fueron atendidos. Incluso, desde la guardería no se comunicaron para saber cómo se encontraba el menor. Finalmente, después de mucho insistir le dieron dos respuestas sobre lo ocurrido: “se cayó”, “se lastimó cuando jugaba con otro chico”, fue el argumento que ensayaron los responsables, siempre al decir de los denunciantes.La severidad de la lesión fue tal que incluso pensaron que había sido mordido por otro pequeño. “No tenía marcas de dientes". Entonces, pensaron que le dieron un golpe. Pero lo que querían es que les dijeran "exactamente" lo que le ocurrió al niño, querían quedarse tranquilos, y eso no pasó. No les dieron una respuesta.Lamentable situaciónAnte PRIMERA EDICIÓN uno de los padres denunciantes manifestó su indignación. “Sentí una gran traición porque les entregaba con confianza ciega a mi hijo. Le dimos toda nuestra confianza y de la peor forma nos pagaron, porque lastiman a quienes no pueden defenderse. Lastiman a los niños”. Visiblemente emocionado, el hombre aseguró que “muchos chicos fueron golpeados y recién ahora nos enteramos. A los padres nos daban listas con los alimentos para el almuerzo de los niños y, como son nuestros hijos, les dábamos lo mejor, pero le daban otro fin a esos alimentos, guardaban la leche, las galletitas y se repartían entre ellos. Es indignante”, sintetizó el entrevistado.





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