Estamos nuevamente en este hermoso tiempo que nos entusiasma y despierta a tantas novedades. La primavera, que va unida a toda la naturaleza que se prepara a vivir lo hermoso que es la vida. Los jóvenes, animados por este renacer, celebran su día en lo que se denomina “Semana del Estudiante”. Y ante tanta explosión de la vida, es oportuno reflexionar sobre la importancia de vivir la vida con una actitud primaveral, de esperanza, entusiasmo y gozo. La primavera nos llama a gozar de tantos dones que Dios nos regala, desde la gratuidad. Nos enseña a confiar en la Divina Providencia que hace posible la primavera después de cada invierno. Nos invita a mirar la vida con esperanza, a pesar de los momentos difíciles que podamos atravesar.Nos mueve a abrirnos a tantas novedades que Dios nos regala para que nuestra alegría y gozo alcancen su plenitud. Si contemplamos a nuestra sociedad nos damos cuenta que necesitamos un verdadero despertar de la vida en nuestra patria. Nos urge una sociedad que sea protagonista de su primavera para no vivir en un reclamo permanente, pretendiendo que alguien desde afuera solucione los problemas de todos, cayendo en una pasividad constante, sin poner nuestra creatividad y protagonismo al servicio de todos. Esta primavera nos llama a asumir una actitud de esfuerzo silencioso, serio y comprometedor, para poder celebrar la primavera de la alegría y el gozo.Y celebrar la Semana del Estudiante, en medio de un año con tanta desocupación, hechos de violencia, generalización de los vicios del alcohol y la droga, nos llama a un mayor compromiso con la vida, un esfuerzo sincero en la educación y en el trabajo. Porque el verdadero despertar de la sociedad depende de la educación que se imparta a sus niños y jóvenes. Ojala que esta celebración de la Semana del Estudiante impulse a nuestros jóvenes a abrazar con seriedad la condición de estudiante, asumiendo los retos del futuro de nuestra sociedad, que están en sus manos.Es por ello que necesitamos jóvenes preparados y formados para responder a los requerimientos de la sociedad moderna. Hace poco estaba escuchando una entrevista que le hicieron a Alieto Guadagni, reconocido economista y educador, quien hacía referencia a la poca formación que tiene nuestros jóvenes para enfrentar la vida. Su reflexión nos alerta sobre la falta de preparación que tienen aquellos que son el futuro de la sociedad. Según Alieto, el despertar a la seriedad de parte del estado, de los dirigentes gremiales, de los docentes y familias es el camino hacia la superación de nuestra crisis social y económica, porque la pobreza guarda una relación directa con la falta de la educación.Sin lugar a dudas esta primavera nos llama a un verdadero cambio de paradigma. Es necesario que nos comprometamos a cambiar las pancartas por más libros, los cortes de calles por más horas en el aula, en las oficinas, en el trabajo, transformando la pasividad del invierno en esperanza de la primavera. Para que esto sea posible, también es necesaria una sociedad dispuesta a trabajar, esforzarse en serio, capaz de pensar más allá de las necesidades personales y ventajas momentáneas. Una juventud dispuesta a asumir con seriedad su formación académica, caminando hacia la universidad y su protagonismo en el mundo laboral.Que esta primavera 2016 nos regale un renacer como sociedad, superando el letargo del invierno y despertar al gozo de la vida. Ojala que en esta primavera renazcamos en la fe, la esperanza y la alegría. Que podamos aprender de la naturaleza a renovar todo nuestro accionar y poder caminar por la vida con rostros que sonrían con mayor frecuencia.





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