Misiones encabeza desde hace años la cantidad de accidentes con víboras registrados en todo el país. La estadística que figura en el Boletín Integrado de Vigilancia del Ministerio de Salud de la Nación no refleja ni de cerca los verdaderos números. El jefe del Programa Animales Venenosos de Salud Pública de Misiones, Roberto Stetson, un académico que desde hace más de 25 años se dedica al estudio de los animales peligrosos para el hombre y el medio ambiente; y tiene en su currículum la Licenciatura en Genética, la docencia universitaria, una magistratura en Educación Psico-informática y, más recientemente, un doctorado en Ciencias, lleva sus propios registros desde hace más de dos décadas. De acuerdo al control de casos de accidentes ofídicos, que Stetson inició hace 21 años, se registran en Misiones un promedio de 255 picaduras anuales de víboras venenosas en la provincia. Según la estadística oficial provincial, Misiones registró 209 casos de accidentes ofídicos en 2015 y en lo que va del año ya se denunciaron alrededor de cincuenta picaduras. “Hay un subregistro importante pero, aún así, Misiones está a la cabeza en la cantidad de picaduras de víboras en todo el país”, precisó Stetson. Los más afectados son los departamentos de la Zona Norte y Centro: Oberá, Leandro N. Alem, Eldorado y San Pedro. Capital de los ofidios venenososEl porqué de la cantidad de accidentes con estos bichos venenosos es simple, en Misiones hay un mayor número de variedad de especies venenosas de víboras y arañas. “Misiones es la capital de los ofidios venenosos pues mientras que las demás provincias tienen cuatro víboras venenosas, nosotros sólo en subespecies de yarará tenemos ocho en la provincia, además habitan en la zona cuatro variedades de coral. Sólo tenemos en común con las otras provincias que hay una sola especie de cascabel”.Pese a la cantidad de casos anuales, la capacitación a los equipos médicos y a que los hospitales cuentan con los antídotos antiofídicos, aún se registran en Misiones casos mortales por picaduras de víboras. Stetson recordó que hace muy poco falleció una persona en Roca porque recibió el antídoto incorrecto, “fue picada por una cascabel y lo trataron como si fuera yarará”, lamentó el profesional”. Según indicó Stetson, no siempre la persona que sufre un accidente ofídico puede identificar a la víbora o llevarla para su reconocimiento. “Por eso, es importante que el médico conozca los síntomas diferenciales, razón por la que desde el Programa Provincial de Animales Venenosos permanentemente viajamos a los distintos puntos de la provincia para capacitarlos. En agosto, hicimos esta capacitación en San Ignacio, ya estuvimos en Iguazú y Oberá… y en noviembre iremos a Eldorado”. El antiofídico no es inocuo Según explicó Stetson, no en todos los casos el paciente que fue picado por una víbora venenosa requiere recibir el suero antiofídico correspondiente, pues ello depende de la cantidad de veneno inoculado. “El médico tiene que catalogar si el caso es grave, moderado o leve en función de los signos y síntomas que presentan los pacientes. El antídoto no siempre es necesario y hay que saber que incluso puede ser peligroso como el mismo veneno cuando se lo aplica en forma errónea. No se puede tratar a una persona ‘por las dudas’ porque existe la posibilidad que no pueda recibir el antídoto si alguna vez sufre un accidente real”. Vale recordar que los antídotos antiofídicos son producidos en Argentina por el Instituto Malbrán, mientras que el suero contra el gusano Taturana y las arañas del bananero o la araña del rincón es producido por el Instituto Butantan de Brasil. “Los hospitales de Misiones tienen en stock de antiofídico para el veneno de yarará y cascabel, pero no siempre para coral porque los accidentes con esta víbora son más raros”, señaló.





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