Un transeúnte encontró por la calle a una niña horrorizada, llorando y con las piernas ensangrentadas que aseguraba haber sido violada. Cuando llegó la policía a lugar del suceso, un barrio de la ciudad rusa de Vyazemsky, fueron a hablar con la madre que les confesó sin reparo el intercambio que había hecho.La mujer alegó que había entregado a su hija al hombre a cambio de una botella de vodka y 100 rublos (poco más de 1 euro).Al parecer la mujer estaba presente durante la violación y permitió que el violador siguiese haciendo daño a su hija.Después de los hechos, la policía de la región encontró al sospechoso del abuso a la menor, quien alegó que podía hacer con la niña lo que quisiese porque se la había comprado a su madre.La niña, después de recuperarse en el hospital de las heridas, quedó bajo custodia de Asuntos Sociales de Rusia.




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