Señora Directora: Deseo poner de manifiesto irregularidades profundas que observo en la comercialización de productos de la canasta familiar y otros que también inciden en la disconformidad del consumidor. Son muchos los ejemplos que denotan desequilibrios que afectan a todos y, en especial, a los que menos tienen y que viven ajustadamente con lo que cobran cada mes. Días pasados en los medios se publicó que le pagan al productor el kilogramo de manzanas en el lugar de origen 2,50 pesos y aquí, andando por las verdulerías, me contestan que se la vende a 28 pesos por kilo. Estimo que existe un precio desmedido en la venta y que es común para otros productos de la canasta básica.Esta marcada anormalidad es porque convivimos con un proceso inflacionario provocado por los dos últimos gobiernos democráticos que nos llevaron el dólar de 3 pesos a otro actual de 15 pesos. Además posiblemente para acallar las disconformidades populares o querer conseguir consenso favorable se emitió desmedidamente dinero sin respaldo; y para pagar la gama de “ñoquis” parásitos que llevamos sobre la espalda como carga. Pues se sabe que los hay de 5.000 pesos mensuales a 30.000. Aparte de romper los principios morales, esta injusta modalidad de ganar plata tiene una amplia repercusión negativa en aquel que la recibe. Hay que hacer notar que posiblemente haya servicios que tienen que recaudar más para pagar esta parasitosis enquistada.Desde otro ángulo quiero dar dos ejemplos que tienen que ver con la voracidad desmedida por ganancias en las ventas. En 2000 una camioneta nueva en Buenos Aires costaba 12 mil dólares de una de las marcas más conocidas. Hoy posiblemente ese vehículo cueste alrededor de 40 mil dólares.Dejo constancia que soy comerciante, vendedor de repuestos para el automotor y que siempre por querer tener un patrón o lista de precios más ajustados, le coloqué valores en dólares al público con el porcentaje de ganancias ya incluido. Vaya sorpresa: hace diez años una mercadería que tendría que venderla en aquel entonces a 50 dólares, hoy con el mismo margen tengo que venderla a 250 dólares.Esto quiere decir que en la Argentina estamos sujetos a ciertos señores que tienen una voracidad desmedida por ganar dinero; serán importadores o distribuidores. La verdad es innegable que los precios en dólares tendrían que ser muy estables. Entonces no le echemos la culpa al gobierno de turno sino a la herencia que tenemos que afrontar.Se necesita un serio y largo proyecto nacional o vamos definitivamente al fracaso. El gobierno de turno no tiene la culpa de cómo estamos, sino que está timoneando un barco lleno de averías.




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