Este miércoles 7 de septiembre se realizará en Aristóbulo del Valle una controvertida audiencia pública convocada por el Ministerio de Ecología de la Provincia con el propósito de sortear las exigencias legales y avanzar en el polémico proyecto de construir un camino de tres kilómetros de largo, de cuatro metros de ancho como mínimo, en el corazón del Parque Provincial Moconá, un área protegida de alto valor de conservación y que contiene especies en peligro de extinción, en el Departamento de El Soberbio.En esta audiencia, el Ministerio de Ecología usará como argumento a favor de su intención, un parcializado Estudio de Impacto Ambiental, mandado a hacer el año pasado por el propio Ministerio, y que no tiene fundamentos críticos sobre la polémica idea. Al contrario, pareciera redactado justamente con la intención de defender los “beneficios” de construir un camino que implica destrucción de selva virgen.El camino atravesará el Parque Moconá para unir la ruta provincial 2 con el Lote 8, donde habitan tres comunidades aborígenes hace cientos o miles de años.Según los amañados fundamentos que defiende la ministra Verónica Derna, el camino servirá para darle una vía de ingreso y salida para las comunidades, ante situaciones de emergencia o para el traslado de mercaderías.Sin embargo, organizaciones sociales, ambientalistas y guardaparques sostienen que se podría construir un camino por afuera del parque, evitando la destrucción del área protegida, y que serviría para los mismos objetivos “sociales” y “humanitarios”.Ante el empecinamiento del Ministerio en defender este polémico camino, se incrementa la sospecha de que no hay solamente fines “humanitarios” detrás del proyecto, sino que también existirían otros intereses privados. Sobre todo porque en el Lote 8 se está construyendo un emprendimiento turístico de élite y el camino a través del Parque Moconá sería la vía de acceso para los turistas de este lujoso hotel selvático.Parcializado estudio de impacto ambientalPRIMERA EDICIÓN accedió a los detalles de este polémico y parcializado estudio de impacto ambiental que el Ministerio de Ecología pretende usar de fundamento para defender su plan.Se trata de un informe de 45 hojas, sin firma ni nombre de los autores, donde prácticamente no se hace ninguna referencia a los daños que se provocarían en el área virgen de la selva, al abrir un camino de tres kilómetros por cuatro metros de ancho. Solamente se dedican líneas a fundamentar la necesidad del camino, defender el proyecto y justificar en la necesidad de otorgarle derechos a las comunidades aborígenes que habitan el Lote 8.Entre objetivos específicos se menciona “facilitar procesos de inclusión en las políticas públicas para los pueblos originarios de Misiones” y permitir la integración del manejo de un área de grandes valores de conservación como el Parque Provincial Moconá y el Lote 8, conformando ambos un predio de 5.000 hectáreas “los que deben ser gestionados en base a pautas consensuadas en el marco del diálogo intercultural”.Se argumenta que “las comunidades han solicitado un camino dentro del Parque que le permita el acceso rápido en caso de emergencias de salud u otras necesidades así como un mejor control de los cazadores furtivos”.Una gran parte del estudio se dedica a los derechos de las comunidades, las injusticias históricas que han sufrido como la colonización, el hecho de haber sido desposeídos de sus tierras, de sus recursos, lo que le ha impedido el derecho al desarrollo de conformidad con sus propias necesidades e intereses. Se agrega que los pueblos indígenas tienen derechos a poseer utilizar, controlar y desarrollar sus tierras, y recursos que poseen y que los Estados asegurarán el reconocimiento y protección jurídica. Asimismo, se menciona el artículo 75 de la Constitución Nacional que reconoce la preexistencia étnica y cultural de los pueblos indígenas, identidad, derechos, educación, reconocer la personería jurídica de sus comunidades y la posesión y propiedad comunitaria de la tierra.Como antecedente se menciona una alianza público privada, entre una ONG ambientalista inglesa que compra terrenos a proteger, una empresa privada forestal que vende terrenos, el Gobierno que aporta reconocimiento jurídico institucional y las comunidades que habitan el territorio en cuestión. Como resultado de la alianza un pedazo del predio pasa a dominio de las comunidades que tradicionalmente las ocupan. La alianza gestiona de manera sostenible el Lote 8. La empresa forestal se queda con 200 hectáreas, el 5,2% del Lote 8 donde pretende construir un hotel lujoso en medio de la selva. Pero para ello necesita el camino de acceso por el Parque Moconá.De forma increíble, el EIA opina que el acuerdo “es valioso y trascendente para la sociedad misionera”. En lugar de aportar datos críticos, el estudio emite opiniones.Se realiza un inventario de la fauna donde se describe que habitan 1.020 especies de aves de las cuales 188 son endémicas. Se describe que las cámaras trampa ubicadas en la zona pudieron detectar la presencia de aves, mamíferos de amplia variedad que indican buena salud del ecosistema, como anta, tapir, yaguareté, agutí, venado, chancho de monte, gato tirica, gato onza; algunas especies consideradas en peligro de extinción como yaguareté y tapir, otros vulnerables como oso melero, pecarí, y 28 especies endémicas de la selva.Se admite que el ecosistema “es uno de los más amenazados del mundo. Dado que apenas 7,4% de su cobertura original persiste, alberga importante capital biológico animal y vegetal, debido a esto, cada vez con más frecuencia organismos internacionales se interesan en la selva misionera”.“El área que nos ocupa ha estado habitada por guaraníes desde tiempos inmemoriales. Las tres comunidades han manifestado la necesidad de contar con un camino para casos de emergencia.Actualmente hay varios senderos que conectan el lote con el parque. Uno de ellos sendero chachí” se indica.Luego se enumeran y describen brevemente cinco alternativas de caminos que servirían para los fines de darle acceso a las comunidades del Lote 8, algunas opciones por dentro del parque y otras por afuera. Los guardaparques proponen un camino por afuera del parque, utilizando un sendero que ya está en uso por parte de empresas forestales, y con la necesidad de construir un puente sobre el arroyo Yabotí. De esta manera solucionaría definitivamente el problema que se genera con las lluvias que inundan el puente actual y dejan noventa días al año, en promedio, al Parque totalmente aislado de la ruta 2.La tercera propuesta es la que impulsa en Ministerio, por adentro del Parque. Esta alternativa utiliza el mismo puente que actualmente se inunda. Por lo tanto, quedaría inutilizada en promedio tres meses al año. Igual, en esta propuesta, el estudio de impacto ambiental se detienen para brindar extensos elogios.Se describe que sería un camino por dentro del Parque, “sin expropiar”, paralelo al sendero chachí. Se aprovecha un capueral paralelo al sendero
y “se debería evitar dos bosques de chachí bravo y de árboles semilleros. Se debería tener especial atención para evitar dañar ejemplares”. Se explica que el camino “debería presentar numerosas curvas evitando la tala de árboles medianos y grandes. El manejo del camino debería contar con un reglamento horarios límites de peso de vehículos, cantidad de personas”.Describe que “los impactos sobre la fauna silvestre están relacionados con la alteración del hábitat por remoción de suelo del área. Impactos puntuales, de mediana a baja intensidad que se reducen y revierten una vez concluida la obra”.Se sugiere un “plan de gestión ambiental” y un “plan de comunicación social”. Por último, el EIA culmina con elogios: sostiene que el camino de acceso al Lote 8 a través del parque tendrá “balance de los impactos ambientales y sociales resulta favorable en el sentido de la ejecución del proyecto”. “La traza del camino deberá adecuarse al entorno natural” y agrega “la traza se ubicaría donde existió extracción de madera” y se “realizaron obras de alto impacto como el acceso asfaltado al Moconá, sin tantas críticas”.El Obispo pide escuchar a los aborígenesDamián Santiago Bitar, obispo de Oberá, envió una carta a la ministra de Ecología Verónica Derna, manifestándole que “habiéndome informado por los medios de comunicación de la inminente realización de una audiencia pública a fin de tratar la cuestión de la apertura del camino terrado solicitado por las comunidades aborígenes que permitirá el acceso a la ruta provincial 2 – Reserva de Biosfera Yabotí, deseo manifestarle que: No es mi intención ni competencia opinar sobre cuestiones “técnicas”, pero sintiéndome cerca del acompañamiento que Emipa (Equipo Misionero de Pastoral Aborigen) y Endepa (Equipo Nacional de Pastoral Aborigen) realizan a las comunidades aborígenes, ruego encarecidamente, que en el estudio y decisión de tan importante cuestión, se tenga en cuenta la consulta y escucha de las Comunidades Aborígenes”.Agrega el prelado que los aborígenes “no sólo han logrado la titularidad registral de su territorio ancestral y detenido la deforestación, sino que además, su pedido lógico, posibilitará el derecho a acceder a la salud, educación y a una mejor calidad de vida como el resto de la población”, finaliza.





Discussion about this post