El 3 de septiembre de 2004 se conformó oficialmente la Asociación Civil Voluntades. Es decir que esta ONG sin fines de lucro cumplió doce años caminando hospitales y, por eso, está de festejo. Pero la tarea solidaria viene de mucho antes y la inició quien es hoy la presidenta de la Comisión Directiva, Maia Ayrault. En una charla con PRIMERA EDICIÓN, Maia contó los inicios de esta asociación que deja huella a cada paso. La Asociación Civil Voluntades nació mucho antes de ese 3 de septiembre de 2004. Su semilla se plantó con Dar a Luz, la asociación de la que Maia fue vicepresidenta durante nueve años. Eran principios de lo 90 cuando, como voluntarios, Maia, José – su marido – y un grupo grande de personas trabajaban con Maternidad y Neonatología del viejo Madariaga. “Siempre había gente que me contaba de algún familiar en adultos y yo me solía ir a verlos”, contó Maia. En esas visitas se cruzaba con la Hermana Poli, una monja que trabajaba en el Madariaga. “Ella me recibía con cariño y me preguntaba cuándo iba a ir a adultos. Yo le decía que me encantaba Neo y ella me dijo una vez: ‘hay una diferencia entre el bebé y el adulto. Por el bebé uno tiene una sensibilidad especial, pero el adulto te habla. Y el día que te hable un adulto, no vas a dejar de venir nunca más’”, recordó. Hoy puede asegurar que es cierto, porque “el adulto te cuenta sus problemas y se genera una suerte de amistad y empatía”. Así fue que Maia empezó a ir más seguido hasta que un día se decidió. La “biblioteca ambulante”Después de hablarlo con José, su compañero, Maia se hizo de un carrito de supermercado, cargó en él libros y revistas heredadas de su mamá y se fue hacia el Madariaga. José le imprimió un cartel que decía “Biblioteca ambulante” y el 3 de febrero de 1990 estaban en la entrada del viejo hospital como voluntarios. “Ahí empezamos a recorrer, primero con la biblioteca porque era lo único que teníamos para llevar. Era un sueño de más de dos o tres años que no podía concretar. Fue un paso muy fuerte para mí”, recordó Maia. Con el paso de los días, las semanas y las visitas, fueron detectando las necesidades y demandas de la gente y a los libros y revistas le fueron sumando ropa interior, artículos de limpieza personal y algunas ropas, todas cedidas por amigas, primas y conocidas de Maia. “Al mes, un día nos encontramos con una amiga, Angela Gatti, que hasta hoy continúa. Ella fue la primer persona que se adhirió y ya éramos tres que íbamos a ver a los adultos”.Maia decidió renunciar a Maternidad y Neo, “quedé vinculada como voluntaria pero me dediqué a adultos. Ahí fue pasando el tiempo, éramos tres, después se adhirieron dos más y fuimos creciendo. Así funcionamos un buen tiempo, sin formarnos como ONG con su personería jurídica”. Hasta que detectaron la necesidad de conformarse e iniciaron los trámites, el primero era elegir un nombre.Nace VoluntadesFue en la casa de Maia donde se reunieron siete voluntarios que eligieron el nombre de Voluntades para la asociación. Presentados todos los papeles, el 3 de septiembre de 2004 se hicieron con la personería jurídica y llegó la conformación oficial. “El trabajo siguió siendo el mismo, pero lo que nos posibilitó la personería fue la posibilidad de presentarnos ante los comercios y empresas con una pequeña carpeta con una historia cortita y pequeñas fotos. Así la gente empezó a aportar desde sus empresas con lo que podía”, aseguró. Muchas de las que ayudaban en ese entonces, lo hacen hasta ahora.Voluntades siguió creciendo. Al Madariaga se sumó el Hospital de Fátima, “al que ingresamos gracias a la doctora Mariela Garnier. Ella era la directora, se enteró y fuimos a verla. Angela Gatti vivía muy cerca del hospital, y esa cercanía nos vino muy bien porque ella armaba un grupo para ser voluntarios del Fátima”. El año pasado, en mayo, “fuimos convocados por Pediatría que también era un sueño para nosotros y ahí estamos hace un año y medio”. Alrededor de 20 personas, voluntarios que trabajan ad honorem, conforman la asociación. “Sin contar a toda la gente que nos ayuda desde sus casas tejiendo, cosiendo, haciendo manualidades, tortas y colaborando con elementos como shampoo, jabón, etcétera; así como las empresas”. Así nació Voluntades, que hace doce años camina los pasillos de los hospitales.




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