El curso de formación “Interactuando con el electromagnetismo”, se realizó con el objetivo de comprender el origen, los efectos y las aplicaciones de la electricidad y el magnetismo. Se desarrolló durante la edición 2016 del Centro de Formación Continua del Instituto Balseiro dependiente de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) y la Universidad Nacional de Cuyo (UNCUYO).El curso duró una semana, la primera de julio; la capacitación estuvo destinada a docentes de enseñanza media en ciencia y tecnología; y tuvo un fuerte componente de actividades prácticas, clases teóricas, y seminarios, dictados por la mañana y tarde. Mucho antes de la fecha de inicio del curso, los profesores comenzaron a comunicarse en forma virtual, leyendo textos enviados y bajando programas que utilizarían durante su estadía.El profesor Carlos Tykal contó su experiencia: “Tuve la suerte de ser seleccionado entre 200 docentes de todo el país; de esa convocatoria quedamos solamente 15 participantes. Tuvimos clases teóricas, muchas clases prácticas y visitas a lugares donde se hacen investigaciones y seminarios. Además, realizamos diversos trabajos prácticos”.La temática siempre lo apasionó y “a nivel personal y humano, fue muy gratificante conocer profesores de todo el país y compartir las experiencias.”. Por otro lado, destacó que “el Instituto Balseiro es un lugar donde se hace ciencia. Es una escuela, en su estilo es único por las disciplinas que se abordan como la Física, y específicamente la Física Atómica”.Los docentes que fueron convocados y seleccionados de diversos puntos del país, compartieron sus experiencias, y conceptos de la física básica del electromagnetismo, para luego transmitirlo a sus alumnos en los colegios de enseñanza media.El profesor Tykal contó que estuvo anteriormente en el Balseiro, en 1988, donde realizó un curso de superconductividad. “Ese año, uno de los profesores fue Felipe Albornoz, ayudante alumno de trabajo práctico y guía en el RA-6 (Reactor nuclear Argentino N° 6). Y en esta oportunidad, tuve el gran privilegio de tener como profesor ayudante de trabajo práctico en el Laboratorio de Física, a Lucas Albornoz, el hijo de Felipe. Fue una alegría para Lucas y para mí y una sorpresa para mis compañeros. A partir de ese día, pasaron a llamarme ‘el viejito’ cariñosamente”.Carlos expresó: “El Balseiro te marca muy fuerte, y su efecto perdura. En otros países esta experiencia es una rutina bianual, pero aquí debemos pelearla con todo. Hacer el curso fue, por un lado, responder un gran interrogante: ‘¿Estoy haciendo bien las cosas?’; y por otro lado, para ponerme en contacto con fuentes de primera mano, la concepción filosófica y epistemológica, el campo definitorio y muchos otros temas que ni los libros ni Internet te pueden brindar”.Contó sobre la importancia de haber estado allí, para transmitir a los cadetes la existencia de esta institución universitaria como una alternativa vocacional interesante, y sobre el valor de estar permanentemente actualizados en la materia.“El Liceo Storni ha adquirido varios multímetros digitales, plaquetas de prueba y estamos armando varias fuentes de baja tensión muy estables y protegidas; nos estamos armando de un juego muy interesante de imanes y elaborando solenoides para poder integrar las notebooks de los alumnos mediante programas que permiten estudiar las oscilaciones electromagnéticas, por ejemplo, en la cuerda de una guitarra eléctrica”.Luego de volver del Balseiro, Carlos contó que se dedicó a recolectar rocas de Misiones y a examinar sus características magnéticas con instrumentos que él fabricó. “Allá, hemos aprendido a utilizar el celular como instrumento de laboratorio, y nos han enseñado a montar un buen laboratorio más que interesante para desarrollar las clases de electricidad, magnetismo y electromagnetismo”.“Ante Newton, todos somos iguales”Dijo el profesor Tykal en relación a su selección. “Soy un profesor más como todos los docentes que trabajamos en el Liceo Storni”. Allí es Personal Civil y se desempeña actualmente como Profesor en Física en el 4to y 5to año, habiendo ingresando al establecimiento en el 2004. “Ser docente del liceo naval es sentirme parte de la Patria que amo. Es como todas las instituciones, una escuela, pero con una raíz muy profunda. Mi generación ha vivido la entrega total de los hombres en el ´82, y cada vez que entro al aula, es una forma de dar las gracias a los que han quedado y a los que nos acompañan hasta ahora. Cuando ingreso al liceo siento que es parte de mí”.Oriundo de la ciudad de Posadas, cuando Carlos estaba terminando la secundaria no sabía qué seguir; quería ser ingeniero electrónico, y a la vez deseaba ingresar en la Orden de la Sociedad del Verbo Divino en Alta Gracia, Córdoba, para ser cura. “Y bueno, Dios cambió todos mis planes y por cuestiones económicas comencé el profesorado en Matemática Física y Cosmografía en el Instituto Superior del Profesorado Antonio Ruiz de Montoya en Posadas”. Explicó que la gran mayoría de sus profesores de Física en su formación docente, daban clases también en el Liceo Storni. Al recibirse, comenzó a trabajar en el Comercial N° 8, trabajó en un Instituto secundario de señoritas, y luego fue nombrado en la cátedra Matemática Aplicada en el Profesorado donde se formó. Además del liceo, cumplió 31 años de servicio en el nombrado comercial de Miguel Lanús, escuelita de Posadas a la que guarda un gran cariño. Actualmente tiene 51 años, está casado y tiene tres hijos.“Me encanta vivir la Física, y el liceo me ha dado la absoluta libertad; y en ese sentido, hay una búsqueda diaria de actividades para motivar a los cadetes. Además, entiendo que la Física es muy importante para los estudios superiores”.Apasionado por la materia concluyó: “Esta ciencia te atrapa porque podés dar clases casi sin carpeta, pero no puede haber Física sin ‘encanto’ o sin ‘desearla’; y en este sentido, puede ser la materia más divertida, no cabe la menor duda: todos se divierten con la Física en un boliche porque tienen Óptica, Sonido y Movimiento”.




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