Cada época gesta sus propios mitos. Sin duda veremos en algunos años que ese mito lo estamos creando ahora, a través de este complejo proceso de trasformación social y espiritual. Será tal vez el mito de las Mujeres Andróginas de la Guerra Espiritual que manifiesta el equilibrio entre lo femenino y lo masculino, en sí misma.Estas habilidades le servirán para llevar a cabo la tarea más importante: unir a las personas en torno a un sentido un ideal, un propósito. Este es el matrimonio sagrado que tanto se ha prometido en la tradición. Este cambio puede asustar pero, donde hay miedo hay una posibilidad de adquirir poder personal.Creo que algo grave pasó después de la revolución feminista: Muchas mujeres cayeron en una suerte de autoengaño creyendo que lo único que podría resultar valioso era lo que pertenecía al mundo de las actividades masculinas. Muchas mujeres también hicieron un gran esfuerzo para llevar adelante sus carreras en este mundo competitivo, pero a la vez perdieron dones de la feminidad. Las sociedades masculinas construyeron estructuras piramidales. Las sociedades femeninas en cambio, construyeron modelos circulares. Por eso el nuevo mito deberá recuperar algunos de los antiguos valores, espiritualidad práctica, independencia, comunidad. Los círculos de mujeres juegan un papel importante y pueden ser el instrumento para el cambio: “ninguna mujer viaja sola”. En estos círculos encontramos aliadas que nos ayudan a superar obstáculos y compartimos con ellas nuestros dones, somos escuchadas y contenidas, nos volvemos maestras unas de las otras.Son personas que sobrepasan la idea de la realización personal, comparten su don de sabiduría, sirven con humildad y sanan, y se subsanan haciendo realidad sus sueños. Personas que no pertenecen a una nacionalidad o raza o credo sino a la humanidad toda. Si tengo que pensar en un modelo femenino, mencionaría a la Madre Teresa o a Indra Devi. Oh Shinnah Fast Wol, Las Trece Abuelas indígenas, como la Abuela Margarita, Rigoberta Menchu, entre otras. Pero también a personas anónimas que construyen la sociedad solidaria en sus puestos de trabajo. Maestros, enfermeros, Médicos Sin Fronteras, agentes del servicio social, artistas, científicos: seres humanos que honran esa palabra: “Hu, Dios y Man, hombres, hombres, Dios”. Ellos son la conciencia de grupo, hermanándose con el resto, experimento la unidad. No en un tiempo remoto en el futuro, no en el más allá sino en el presente, refundo Camelot transcendiendo toda la imperfección que nos rodea.HaikuHuir retrocederTenemos que resistirPara ser libresColabora: Aurora Bitó[email protected]





Discussion about this post