Una tremenda sorpresa se llevaron el miércoles por la noche las autoridades en la vivienda de la manzana 38 de San Isidro, hacia el sur de la capital provincial, donde permaneció <a href="http://www.primeraedicion.com.ar/nota/227571/investigan-supuesto-caso-de-secuestro-virtual.html">secuestrado el comerciante chino</a> durante al menos trece horas.Los investigadores encabezados por el propio Marcelo Pérez, titular del Ministerio de Gobierno de la Provincia de Misiones, encontraron en ese escenario numerosos -y costosos- elementos de equipamiento militar, varios de ellos con la inscripción del Ejército Argentino, desde proyectiles y portagranadas hasta uniformes y cocinas de campaña.Según pudo saber PRIMERA EDICIÓN, tras la orden de allanamiento emitida por el Juzgado Federal de Posadas, las autoridades se toparon con uniformes de combate de la mencionada fuerza, bolsas de dormir camufladas, diez carpas de campaña, equipos de traslado y cocinas de monte, mochilas de combate, cantimploras, machetes, botiquines militares, borceguíes y cinturones, equipos portátiles potabilizadores de agua, cortaplumas, fusibles, proyectiles calibre nueve milímetros, equipos de supervivencia y hasta suero antiofídico.La lista sigue. Es que en la casa allanada también había hamacas utilizadas por los militares para el descanso en zonas de densa vegetación, además de bultos que no fueron abiertos aún pero que contendrían medicamentos y otras sustancias de interés para los detectives.Más allá de ese equipamiento, otro detalle no menor que sorprendió a las autoridades tiene que ver con el hallazgo de una credencial “free-pass” de la Fuerza Aérea Argentina, que habilita la circulación de quien la posea por las diferentes dependencias de esa organización militar. Y no es todo. Es que en la vivienda había un automóvil Renault Megane gris con pedido de secuestro proveniente de la comisaría 50 de La Plata, además de un costoso sistema de videovigilancia instalado en una de las habitaciones en las que habría estado cautivo el comerciante chino.Este diario pudo saber que la vivienda en cuestión sería propiedad de un ciudadano correntino, aunque se investiga si esa persona guarda relación con el hecho y con lo incautado.Por lo pronto, trascendió mediante el testimonio de vecinos que en los últimos días era común ver una camioneta oscura merodeando por la zona y que incluso alcanzó a estacionar frente al inmueble. Allí, un grupo de hombres que tendría acento paraguayo cargó la misma con bultos desconocidos. No se descarta nada, aunque anoche los investigadores hablaban de potenciales vínculos con grupos armados del país vecino tales como el Ejército del Pueblo Paraguayo, consignaron las fuentes.El hechoExtrema tensión fue la que vivió el miércoles la comunidad china en Posadas, después de que un supermercadista de esa nacionalidad<a href="http://www.primeraedicion.com.ar/nota/227592/presunto-secuestro-virtual-aparecio-la-supuesta-victima.html"> fuera secuestrado por al menos dos encapuchados armados</a>, quienes exigieron a sus familiares la suma de 500 mil dólares por la liberación de la víctima, identificada como Daniel Wu (28).Sin embargo, el joven comerciante logró escapar de la vivienda del barrio San Isidro en la que era mantenido cautivo y echó por tierra los planes de los delincuentes, uno de los cuales fue detenido a última hora de ayer en Oberá, después de una intensa persecución por la Zona Sur de la provincia.PRIMERA EDICIÓN pudo saber mediante sus fuentes que Wu sufrió lesiones menores producto de los golpes que le propinaron sus secuestradores, pero afortunadamente se encontraba fuera de peligro. Sobre el detenido, trascendió que también sería de nacionalidad china y prestaría declaración indagatoria en las próximas horas.Tanto desde la Policía provincial como desde la Justicia Federal se mantenían cautos anoche a la hora de brindar precisiones, así como de establecer teorías. No descartaban ninguna hipótesis, aunque todo apuntaba literalmente hacia un secuestro extorsivo en busca de dinero en efectivoCon máscaras de monosEste diario pudo saber que todo comenzó durante los primeros minutos de ayer sobre la avenida Costanera Oeste de Posadas, a la vera del arroyo Mártires. Según declaró la propia víctima, llegó hasta ese lugar en compañía de otra persona a bordo de su camioneta Suzuki Vitara para disfrutar de algunos minutos libres cuando fue sorprendido por dos maleantes que tenían máscaras de monos y que rápidamente lo encañonaron.Wu, propietario de un supermercado emplazado sobre avenida López Torres casi Ambrosetti, frente al Parque de la Salud, rápidamente fue maniatado por los dos malvivientes y subido a una camioneta. En ese vehículo fue transportado por los tres desconocidos -incluida la persona con la que había llegado, que habría actuado como “señuelo”- hasta una vivienda de la manzana 38 del barrio San Isidro, al sur de la capital provincial.Fue el propio comerciante extranjero quien relató ante las autoridades del caso los pormenores de la pesadilla que vivió. Dijo que al llegar a ese lugar le exigieron el número de teléfono de su padre, también propietario de un supermercado en Posadas. Allí comenzaron los llamados extorsivos.Unos ocho millones de rescateEl padre de Wu recibió el primer llamado alrededor de la 1. Desde el otro lado de la bocina le exigían 500 mil dólares -unos ocho millones de pesos al valor de cambio actual- para volver a ver a su hijo con vida.Incrédulo, el progenitor pensó que podría tratarse de un secuestro virtual. Sin embargo, comenzó a caer cerca de las 3, cuando los secuestradores nuevamente lo llamaron para pedirle 200 mil dólares por la libertad de su hijo. Una nueva llamada, a las 4, reiteró ese mismo monto, aunque ahora en pesos: 200 mil pesos argentinos.Las autoridades provinciales tomaron conocimiento del caso alrededor de las 5.25 de ayer, cuando Wu finalmente decidió dar aviso al sistema de emergencias 911 de la Policía provincial. Entonces, al tratarse de un secuestro extorsivo, el caso pasó a manos de la magistrada Verónica Skanata, titular del Juzgado Federal de Posadas, y de la Fiscalía Federal 2 de la capital provincial.Un bolso con 300 mil pesosEfectivos de las unidades regionales I y X junto con sus pares de la Dirección de Investigaciones y Delitos Complejos iniciaron una profunda investigación. Se supo entonces que los familiares cumplieron en parte con el pedido de los secuestradores. Partieron hacia un sector alejado del sur de la ciudad con un bolso en el que había 300 mil pesos. Siguieron las indicaciones de los ladrones y abandonaron el bolso en la banquina de la ruta nacional 12. Esperaron media hora y nada. Volvieron a pasar y el bolso con el dinero seguía allí, por lo que decidieron tomarlo y regresar a casa.Donde la había dejadoLas horas transcurrían entre la tensión y el miedo de que los secuestradores pudieran cumplir con sus amenazas. La novedad siguiente tuvo lugar minutos después de las 13, con el hallazgo de la Suzuki Vitara de Wu, que apareció estacionada en la
Costanera Oeste, en el mismo lugar donde la había dejado por la madrugada. La liberaciónSin embargo, eso sería apenas un detalle con respecto a lo que sucedería luego. Media hora después, a las 13.30, se conoció la mejor de las noticias: la víctima estaba con vida, sana y salva, más allá de algunos golpes. Fue el propio Wu quien relató ayer a las autoridades detalles del secuestro y cómo logró escapar de sus captores. Dijo que cuando llegó a la vivienda de San Isidro intentó liberarse de sus ataduras, aunque cada una de esas tratativas le significaba un golpe de puño en la espalda por parte de los secuestradores.El comerciante agregó entonces que al menos uno de los captores tenía acento paraguayo. Y dijo que tras los primeros minutos, lo dejaron abandonado en una habitación y controlaban sus movimientos personalmente al menos una vez por hora, sin contar con un avanzado sistema de videocámaras.No obstante eso, minutos después del mediodía Wu no escuchó más las voces de sus captores. El silencio le indicó que estaba solo. Y escribió su destino: gracias a la transpiración de sus brazos logró “resbalar” de la cinta pegajosa y liberar sus manos. Rompió luego las ataduras de sus pies y saltó por una ventana para ganar la libertad que le había sido robada.De inmediato cruzó por dos terrenos linderos a la vivienda de la manzana 38 de San Isidro y llegó hasta lo de un vecino, quien le facilitó un teléfono. Allí pudo comunicarse con su padre, quien dio aviso a las autoridades sobre la buena noticia. Wu estaba con vida. La pesadilla había terminado.La detención del sospechosoEncendido el alerta en la red policial, alrededor de las 13.40 efectivos del Comando San Isidro notaron un automóvil de alta gama Audi Q5 que se desplazaba en cercanías de la comisaría Decimoquinta, a tres cuadras del lugar donde Wu había sido encerrado.Al notar la presencia policial, el vehículo emprendió una veloz fuga por distintos sectores del sur de la ciudad, hasta ganar la ruta nacional 12 y, desde allí, la ruta provincial. Se sospecha que el Audi -cuya chapa patente correspondería en realidad a un Chevrolet Corsa- tomó la ruta provincial 3, pasó por Cerro Corá y llegó cerca de Oberá, donde finalmente fue apresado en medio de un megaoperativo.Para sorpresa de los investigadores, el conductor resultó ser también de nacionalidad china. Rápidamente fue esposado y quedó detenido a disposición de la Justicia. Todo indica que hoy podría prestar declaración indagatoria.Mientras tanto, los detectives continuaban tras las pistas del otro individuo que participó en el secuestro, pero también del resto de la banda, ya que suponen que serían varios los involucrados en el rapto que durante casi todo el día de ayer mantuvo paralizada a la provincia.





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