Para ser un buen dirigente político, hay que dar el ejemplo a los seguidores, especialmente cuando de ética, moral y buenas costumbres se trata. Para ser buen funcionario, esas responsabilidades ante el pueblo, se multiplican con un peso enorme producto del lugar asignado para trabajar, sino no se podrían hacer cumplir normas legisladas que los mismos funcionarios incumplen.Esta vez, en un tema de mucha actualidad para los misioneros, el mensaje llega desde Suecia, primer mundo, país desarrollado no sólo en lo socio-económico, sino también en la moral y la ética de sus funcionarios que bien podrían servir de ejemplo para el intendente Cristóbal Barboza de Arroyo del Medio en nuestra tierra colorada. La ministra sueca más joven de la historia de ese país, Aida Hadzialic de 29 años, renunció el lunes porque en un control rutinario de las fuerzas de seguridad, le dio positivo un test de alcoholemia. Tenía 0,2 g/l en sangre, que es justo el máximo permitido en Suecia tras una cena en Dinamarca donde bebió vino.El impresentable del alcalde renovador misionero, llevaba 2,14 g/l de alcohol en sangre y lejos de renunciar, hizo que sus tres concejales lo repusieran en el cargo donde pretende conseguir impunidad tras atropellar con una camioneta oficial a un taxista de Alem, que murió a consecuencia del siniestro.¡Cuanta diferencia al momento de reaccionar como dirigentes frente a una sociedad que mira minuciosamente cada paso dado por los gobernantes de turno! Da vergüenza ajena no solo Barboza, sino hasta los tres concejales del oficialismo que con argumentos que ni ellos se los creen, pretenden hacer creer que la tragedia no sucedió, que el alcalde no maneja alcoholizado y que usa la camioneta oficial como propia porque no tiene automóvil.En Misiones, con humildad, habría que dar un ejemplo de primer mundo, como Hadzialic en Suecia y no de cuarta como Barboza de Arroyo del Medio.





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