Señora Directora: Tras el inusitado cacareo de que, gracias al blanqueo de capitales, se pagará la deuda histórica a los jubilados, el Gobierno aparece dando un paso atrás en ese planteo “justiciero”. Sin sonrojarse anunció que el incremento del haber jubilatorio de septiembre (se cobrará recién en octubre) rondará el 14,5% que, sumado al otro 15% concedido en marzo significaría un incremento anual cercano al 30%. Está muy por debajo de la previsión inflacionaria del 40% estimada para todo 2016 y que ya en estos siete meses pasados rebasó con holgura ese porcentaje otorgado para todo el año. De manera tal que nuestra situación no mejorará, sino por el contrario, al igual que los activos, sufriremos un importante recorte en nuestro poder adquisitivo. A ello también se suman las restricciones en el Vademécum del Pami, agudizando aún más la situación de deterioro que se viene arrastrando desde hace décadas y que, aun muy insuficiente, había mejorado en algunos pocos puntos en los últimos años.No niego de la importancia –si se cumple– del pago de las deudas jubilatorias históricas y lo que significará para nosotros que la esperamos. Pero me parece injusto, incalificable e indignante que se nos vuelva a tener como una despreciable variable de ajuste.
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