Tao Porchon – Lynch es la personificación viva del potencial humano y de cómo desafiar la barrera de la edad. Nació hace 98 años en Pondicherry, India. De padre francés y madre hindú. A los ocho años presenció una clase de yoga y desde entonces se interesó en la práctica, que nunca abandonó. Atravesó las dos Guerras Mundiales, y en Londres entretuvo como bailarina de cabaret a las tropas que marchaban al frente de batalla. Al finalizar la 2ª. Guerra Mundial se estableció en París donde comenzó a modelar. Acompañó en sus marchas al mismísimo Mohandas Gandhi y a Luther King.Estudió yoga con Sri Aurobindo, Indra Devi y BKS Yyengar. En 1982 creó su Instituto de Yoga en Nueva York-USA, donde aun sigue enseñando. Por sus clases pasaron las más rutilantes estrellas de Hollywood. Ingresó al Guinnes World Record a los 92 años por ser la profesora de yoga más antigua del mundo. Tuvo tres cirugías de reemplazo de cadera, pero sigue con su intensa actividad, siempre elegantísima y subida a sus stilettos, conduciendo su auto eléctrico-inteligente.Ganó muchos trofeos como bailarina de competición mundial en bailes de salón. Comenzó a participar en estos eventos a los 70 años, en varios ritmos, en especial el tango. Es autora del libro: “Meditaciones: el viaje de una vida yóguica”, que ganó el Premio Internacional del Libro 2016. Además lanzó una serie de DVD titulados “Yoga con Tao Porchon-Lynch”.Tao dice que no cree en la edad, y que nunca pensó en ello hasta que la gente empezó a decirle que no podía hacer cosas debido a su edad. Ella sigue demostrando que estaban equivocados. Afirma que todos tenemos el poder dentro de nosotros mismos para lograr cualquier meta que nos propongamos y que “la escalera de la vida te llevará a tu ser interior”. Atribuye su longevidad al hecho de mantener sus vórtices de energía fluyendo con “el fuego de la vida”, y porque cada mañana se despierta con la actitud positiva de que ese día será el mejor. Y que es vegetariana de toda la vida.“Lo que pones en tu mente se materializa”, dice. “Dentro de ti mismo hay una gran energía, pero a menos que la utilices, se disipa. Y es entonces cuando uno se hace viejo”. Mientras dirige a sus estudiantes en la práctica del saludo al sol les dice: “Recuerden, el saludo al sol significa que está amaneciendo sobre todo el universo”. Finaliza el reportaje diciendo: “Hay tanto que hacer y qué pensar. No he terminado de aprender y mis estudiantes son mis maestros”.Colabora: Hilda GonzalezExperta en Cocina [email protected]





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