“Me dedicaba a vender en Paraguay autos gemelos, mellizos o también conocidos como truchos, esos que tenían problemas con los seguros, principalmente camionetas. Así conocí a narcotraficantes que me ofrecieron entrar en su negocio”, sacudió ayer la sala de debates del Tribunal Oral en lo Criminal Federal de Posadas, Christian Jorge Czernecki, considerado uno de los jefes de la organización que está siendo juzgada por transportar cocaína hacia Uruguay a través de Misiones y con base clave en la capital provincial.“Con la venta de las camionetas ganaba entre quince y veinte mil pesos por mes, hasta que conocí a los narcos de Ciudad del Este y la codicia me hizo cambiar de idea y acepté traer cocaína”, arrancó Czernecki cuando solicitó declarar por primera vez tras su detención el 12 de agosto de 2013 en la ruta 105 dentro de un Ford Fiesta que oficiaba de “punta” de una camioneta Peugeot Partner que transportaba casi 61 kilogramos de cocaína oculta en compartimientos adaptados.Ante los jueces Mario Hachiro Doi, Norma Lampugnani y Manuel Alberto Jesús Moreira, se adjudicó la organización del cargamento y buscó desligar a los seis restantes encartados, Diego César Ariel Toledo (comerciante posadeño de 40 años), el paraguayo Derlys Armando Echauri Detez (30), Osvaldo Darío Amarilla (38), Gustavo Aníbal Martínez (46), Walter Alfredo Kurtz (50) y Sergio Ramón Contreras (47).Czernecki aseguró que realizó la mayoría de los trámites y acuerdos para conseguir el vehículo que sería cargado con la droga en Ciudad del Este. Incluso una camioneta Renault Duster blanca a la que los proveedores de la droga se negaron a cargar porque no tenía las modificaciones necesarias para el total de la carga, 60,737 kilogramos de cocaína de máxima pureza.“Había conseguido a (Osvaldo) Amarilla, un chofer bueno”, dijo para comenzar su intención de desvincular a cada uno de la lista de presuntos cómplices. Agregó que Amarilla no sabía que la camioneta Duster iba a manejarla a Ciudad del Este para cargarla con cocaína, lo había “contratado” para llevar el rodado a ser vendido. Situación similar intentó explicar cuando debieron retornar rápidamente a Posadas a buscar la Peugeot Partner que habría sido utilizada en otros viajes. “La Duster estaba limpia pero los narcos en Paraguay no la quisieron”, sostuvo Czernecki.Relató también: “Apreté a (Gustavo) Martínez para que pusiera el Ford Fiesta que le había vendido. Como tenía el 08 vencido le dije que me acompañara a Ciudad del Este con su auto, que le daba dos mil pesos y después volvíamos a firmar el formulario”. En la misma coartada incluyó al comerciante paraguayo Echauri Detez, quien los acompañó “también sin saber” que acompañaban una camioneta con cocaína con rumbo presunto al Uruguay. En el caso de Echauri Detez, agregó que “él aprovechó el viaje” porque iban a ver dos camionetas para comprar en Gobernador Virasoro y en Apóstoles.En cuanto a Diego Toledo (vendedor de automóviles), Czernecki manifestó que la relación era comercial, que le “había conseguido la Renault Duster”, pero que se la devolvió de inmediato porque le resultó “un fiasco”.En cuanto a los chapistas acusados como partícipes Walter Kurtz y Sergio Contreras, reconoció que en el taller del primero se realizaron las modificaciones a la Duster y que fue Contreras quien buscó el vehículo en la puerta del edificio del barrio El Palomar donde vivía Czernecki.El debate oral, que tiene al frente del Ministerio Fiscal a Vivian Andrea Barbosa se reiniciará el próximo viernes 12 de agosto, con las declaraciones de los primeros siete testigos citados.Organizados en tres paísesSegún el relato de los hechos a juzgar, leídos ayer en la apertura del debate, la investigación que allanó el camino para atrapar a los siete sospechosos de traficar cocaína hacia Uruguay, última escala previa al mercado europeo, se inició en noviembre de 2012 con la detención en la localidad de Canelones de un gendarme argentino con un auto cargado con cocaína al que también se lo vinculó a las oficios de Czernecki.Toledo, Czernecki y este gendarme, siempre de acuerdo al expediente, tienen registradas entradas y salidas juntos del Paraguay. Desde donde introducían la cocaína a la Argentina en los autos acondicionados pero la transportaban hasta Uruguay a través de los pasos fronterizos de Gualeguaychú y Colón, en Entre Ríos. De acuerdo a los nueve meses de investigación que transcurrieron hasta agosto de 2013, Toledo alquilaba las camionetas que eran acondicionadas para cargar la droga y Czernecki las llevaba hasta Ciudad del Este y retornaba rumbo a Uruguay. En plena mañana del lunes 12 de agosto de 2013 fueron interceptados en la ruta 105 cerca de Fachinal, el Ford con Czernecki, Derlys Echauri Detez y Gustavo Martínez y la Peugeot Partner que ocultaba la cocaína y era conducida por Osvaldo Amarilla. Diego Toledo fue atrapado a las 13.40 cuando intentaba dejar el país a través del puente Posadas-Encarnación.





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