Después del receso de vacaciones, los estudiantes de la carrera de Comunicación Social de la Facultad de Humanidades de la Unam se enteraron que la Secretaría Académica de dicha institución designó a un observador institucional para que el profesor que habían denunciado por haberlos encerrado en un aula durante hora y media vuelva a clases, pero bajo supervisión. Este hecho fue discutido en asamblea donde los concurrentes se mantuvieron firmes y en un comunicado expresaron el rechazo a que el profesor continúe dictando clases en la institución. Esta situación sorprendió a los alumnos ya que, según indicaron tras la asamblea, la solicitud del Consejo Departamental de Comunicación Social, bajo la dirección de Carlos Da Rosa, consistió en el apartamiento del docente de las situaciones que implicaran contacto con los alumnos, “pero la disposición de la Secretaría Académica no se inclinó por esta opción”, expresaron los estudiantes a través de un comunicado. Los alumnos movilizados ratificaron la resolución de proseguir con los trámites administrativos necesarios para la sustanciación de un juicio académico que permita la investigación y la posterior expulsión del docente, para lo cual están reuniendo diferentes testimonios “que amplían la primera denuncia de que el docente los encerró con llave en un aula el día de una evaluación, protagonizando actos de violencia verbal – ’cagate’ fue lo que el JTP le contestó a una estudiante que quería ir al baño- e incluso física con quienes pretendieron ingresar, llegándose a dar un forcejeo entre docentes y estudiantes”, según el relato de los alumnos. Es más, de este hecho responsabilizan también al titular de la cátedra, Gustavo Irala, quien participó de las situaciones relatadas.Los integrantes del Consejo Departamental, tras la asamblea, resolvieron elevar nuevamente al Consejo Directivo toda la documentación reunida sobre el caso. También se incorporó al expediente los descargos de los profesores acusados, quienes en términos muy similares, sin negar el hecho de haber cerrado con llave el aula, plantearon que los alumnos conocían los términos del acuerdo de “puntualidad” y sus consecuencias, por lo cual rechazaron la acusación de privación ilegítima de la libertad. La situación relatada por ambos docentes en su descargo no coincide en su totalidad con la versión que brindaron los alumnos, quienes se reunirán próximamente en asamblea para decidir qué pasos seguir en función de estas últimas novedades.





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