Señora Directora: Mientras que hoy se van generando espacios para que la tercera edad y el adulto mayor estén incluidos en un marco de mejor atención, nos encontramos con paradojas preocupantes. Sabemos por mucho tiempo que se ha dicho que pueblos que olvidan el pasado hipotecan en futuro. Pero de allí lo más preocupante es ver cuando viene de una organización pensada, concebida para trabajar con el adulto, es más, administrada por los propios adultos, y que persiga castigando a sus propios afiliados.¿Qué sucede para que suceda lo que pasa?Una vieja historia lo resume: Un día, llegó a un pueblo un hombre con mucha escasez de todo, era uno de tantos que andan por los pueblos, pidió por las casas para comer, pero la gente le decía que no tenían nada para darle. — Venga otro día, tal vez. El viejo, ya no tenía otro día, ese, era el último. Entonces el hombre puso a hervir agua en una vasija, como el agua sola no le daría nada, hecho unas piedras para que su sopa tuviera algo. Luego los más solidarios fueron trayendo algunos alimentos y echaban dentro de la olla…Este relato antiguo nos introduce en una historia escondida, pero actual en muchos lugares.– Así es abuelo, así nomás.Pero lo que no se sabe es que los jubilados de los que hablamos hoy son socios de la Asociación de Jubilados, Pensionados y Retirados de la Administración Pública de la Provincia de Misiones (Ajupapprom), de la filial Concepción. Los socios de esta entidad jurídica aportan el 1% de su sueldo para sostener en funcionamiento a la institución. De lo recaudado de toda la Provincia queda el 10% del monto para la filial de Posadas y el 90% vuelve a los pueblos conforme a la cantidad de socios de cada uno.Desde hace dos años, por mayores gastos la Casa Central se queda con el 20% y este monto tampoco le cubre los gastos, entonces pasó a retener el 50%, que para la filial de Concepción se transformó en 75% y como nuestro reclamo se repitió todos los meses, la Comisión de la filial Posadas, administradora de todo lo recaudado en la Provincia, por algún extraño motivo se queda con el 100% de lo que le pertenece a Concepción en lo que va el año. En una palabra, este año no recibimos la coparticipación que nos pertenece, y debemos todos los servicios, explicaciones no alcanzan… No nos quieren a nosotros como filial, pero aprecian nuestro aporte económico que no es poco 4.500 pesos.Esta situación está a las claras destruyendo a una entidad que llena de orgullo no hace mucho tiempo era poseedora de un centro recreativo en Candelaria, teníamos un colectivo grande de 40 asientos, una combi de 12 asientos, un automóvil y un tractor para cortar el césped. Hoy tenemos la desventura de tener que saquearnos destruyendo a las filiales del interior para tener en funcionamiento unas castigando a otras.Los objetivos de la entidad apoyan a los del Instituto de Previsión Social (IPS) en lo que corresponde a la tercera edad, por ello deberíamos integrar las actividades sumando esfuerzos y voluntades de trabajar por el bien común, y la sopa de piedra será una leyenda para contar a los nietos.





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