Desde que nació el 11 de septiembre del año pasado con 27 semanas y apenas 750 gramos, el pequeño Ramiro Sebastián Suarez, está internado en terapia intensiva neonatal y conectado a un respirador automático. Desde hace varios días, sus padres, Javier y Miriam, ambos oficiales de la Policía provincial, esperan angustiados que el Hospital Gutiérrez o el Garrahan hagan un lugar para recibir a su pequeño hijo que requiere con urgencia una atención de mayor complejidad. En diálogo con PRIMERA EDICIÓN, Javier Suárez, papá del bebé, contó que la obra social del Instituto de Previsión Social (IPS) les cubrió todas las prestaciones y servicios que recibió su pequeño desde su nacimiento. Señaló además que el IPS aprobó también su derivación a un centro de mayor complejidad, “el problema es que no estamos consiguiendo cama”, explicó muy preocupado. Ramiro es el tercer hijo del matrimonio. Nació prematuro, con 27 semanas de gestación, y apenas pesó 750 gramos. En la actualidad pesa poco más de 3,500 kilos y ya cumplió diez meses. Según relató su papá, los pulmones de Ramiro son muy débiles y no le permiten respirar solo, por ello está conectado a un respirador automático, “en varias oportunidades intentaron sacarle esa asistencia mecánica pero no podía respirar bien, nos dijeron que debíamos esperar… que quizás con el tiempo, sus pulmones maduren y nuestro hijo pueda mejorar un poco. Nos dijeron que no es operable”. Según consta en el certificado médico, Ramiro aún no tiene un diagnóstico definido por lo que la médica que lo está tratando, la neonatóloga Adriana Di Tullio del Sanatorio Boratti, sugiere la concreción de un cateterismo cardíaco para poder diagnosticar hipertensión pulmonar secundaria a displasia broncopulmonar severa.Se mudaron para estar cercaLa familia Suárez vivía en Apóstoles hasta el año pasado. “Cuando nació Ramiro decidimos mudarnos a Garupá para poder estar más cerca y poder visitarlo diariamente en el Servicio de Neonatología del Boratti”, contó su papá. Eligieron Garupá y no Posadas porque allí vive la abuela paterna de los chicos que les ayuda con el cuidado de sus otros dos hijos, una de nena de cuatro y otro varón de doce años. “En cuanto lo deriven a Buenos Aires, para lo cual ya está preparado un vuelo sanitario, viajaremos mi señora y yo. La idea es que ella se quede allá y yo regrese a Misiones para ocuparme de mis otros hijos”, contó Javier.





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