Hace exactamente 31 años, el 14 de julio de 1985, se creaba en Posadas el primer grupo de Anónimos Luchadores Contra la Obesidad (Alco) de la provincia. Sus primeras impulsoras fueron Analía Mayo y Cecilia Iglesias. En la actualidad, también hay grupos de Alco en Leandro N. Alem, Oberá, Colonia Alberdi y Garupá, todos ellos enfocados en la lucha diaria para bajar el sobrepeso y vencer a la obesidad pero también, y esto es lo más difícil según cuentan sus integrantes, mantener el peso una vez alcanzado el objetivo.Alco no tiene una organización jerárquica, lo conforman personas que tienen en común el deseo de perder los kilos de más y ganar salud. No obstante, para facilitar este proceso, hay una comisión organizadora y los que tienen más antigüedad en el grupo ofician de coordinadores de los encuentros semanales. Este es el caso de Valentina Ríos, actual coordinadora general de tareas de Alco posadas; o de una de sus más antiguos y productivos miembros, “Mami” Irrazábal. Durante estos 31 años de Alco Posadas pasaron muchísimas personas que bajaron de peso siguiendo los programas alimentarios diseñados por el fundador de Alco, el médico Alberto Cormillot. Sólo un pequeño porcentaje de esos exgordos continuaron en el grupo y no recuperaron los kilos perdidos. “El programa tiene dos etapas, la primera es adelgazar y la segunda -más difícil y de por vida- que es mantenerse en el peso. La gente no termina de aceptar que no hay cura para la obesidad, por eso cuando llegan al peso que quieren tener se van de Alco porque piensan que pueden seguir solos. Pero la comida es muy fuerte para nosotros -los obesos- y es muy frecuente que ver a personas que lograron bajar 20, 30 o 40 kilos luego los recuperan porque no siguieron con la etapa de mantenimiento”, reflexionó Irrazábal que lleva más de 20 años en Alco. La importancia del grupo “Para mí el grupo es una prioridad porque me significa salud, un estilo de vida y no volver a engordar”, destacó al tiempo que recordó al respecto que Cormillot diferencia al “gordo controlado” del “recuperado”, “el gordo recuperado es el que bajó de peso y se mantuvo en el mismo más de 10 años con ayuda del grupo de autoayuda y control médico. A la gente le cuesta entender que la obesidad es una enfermedad crónica que no desaparece cuando se pierden los kilos que sobran”. Al ser consultada sobre la importancia del grupo, Irrazábal señaló que “una de las características de las personas obesas es la falta de conducta respecto a la comida. Precisamente, los objetivos del grupo son fortalecer la conducta y recordar a cada uno el cambio o compromiso que deben hacer por semana tanto en alimentación como en movimiento. Cuando uno deja de asistir al grupo, empezás a agregar de a poquito más comida a tu menú diario… no aceptamos que la comida nos puede y así, de a poco, se recuperan los kilos”. El proceso es duro y extenso, pero el gordo no lo transita solo. “Cada semana, revisamos los hábitos que nos hicieron engordar y que debemos reemplazarlos por nuevos hábitos que nos mantendrán en estado saludable”, remarcó Valentina Ríos.Mayoría femeninaPepe es uno de los pocos hombres que asisten cada jueves a los encuentros de Alco. “Los hombres somos minorías, hace unos meses éramos solo tres pero ahora llevamos a cinco”, contó a PRIMERA EDICIÓN. “Hace 14 meses que estoy en Alco. Empecé junto a mi señora (Cristina) en abril del año pasado. Yo tenía 143,5 kilos y ahora tengo 104,1 es decir que bajé casi 40 kilos y nunca pasé hambre haciendo el plan, nos ayudamos uno al otro con mi señora”, contó. Según recordó, se decidió a pedir ayuda para adelgazar por una cuestión de salud “el tema ya era desesperante, siempre tuve sobrepeso pero engordé mucho en los últimos años… pero no me quería dar cuenta porque seguía usando la misma ropa”, recordó. La situación se complicó más cuando su peso le empezó a impedir el movimiento, “apenas podía caminar unos pasos porque me cansaba mucho, ahora hago una hora de bicicleta diaria y también camino bastante”.En tanto, Cristina, su esposa, bajó 23 kilos. “Cambiamos nuestros hábitos y la forma de comer, básicamente eliminamos los fritos, hacemos las seis comidas y planificamos qué vamos a comer… nada dejamos al azar para no caer en la tentación de picar cosas que no están permitidas”, señaló. El secreto es “no llegar a tener mucho hambre… por eso, antes de ir a un cumpleaños, por ejemplo, tomo una colación y después puedo permitirme comer una o dos empanadas”. Cristina viene de una familia de obesos, incluso recordó que uno de sus tíos llegó a pesar 200 kilos. “Hay un factor genético importante, pero todo se puede modificar con buenos hábitos de alimentación y movimiento”.





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