Una mujer de 39 años denunció que su pequeña hija habría sido abusada sexualmente, presuntamente, en una guardería del microcentro posadeño a la que comenzó a concurrir en abril.El caso que resonó como comentario y trascendidos durante las últimas horas, llegó al despacho del juez Instrucción 6, Ricardo Balor, el viernes 1 de julio pero fue denunciado en sede policial durante la noche jueves 30 de junio, y tiene como víctima a una niña de tres años, cuyos primeros exámenes médicos correspondientes a la pericia policial habrían confirmado la lesión genital de la menor que no se correspondería con un golpe (o caída) intencional o involuntario, sino con un posible evento traumático compatible con el abuso.De acuerdo a la reconstrucción realizada por la madre en sede policial, el ultraje sexual se habría producido durante la tarde del jueves 30 en la guardería a la que la menor concurría dos horas, de 18 a 20, tres veces por semana (está situada en inmediaciones a la calle Salta, entre Junín y Ayacucho). Crudo testimonio“Mi hija mayor la fue a buscar y comenzamos a notar que estaba cambiada, rara, cuando la reviso veo que tenía lastimados sus genitales y recurro de inmediato a la Policía, para que me ayuden. Me tomaron la denuncia y le hicieron los exámenes. Hasta su ropa interior quedó guardada para las pericias”, manifestó la madre de la menor a PRIMERA EDICIÓN, con quien confió en detallar los pasos que siguió desde el momento en que se encontró con su hija lesionada.“Desde el jueves a la noche sólo intento en que mi hija no sufra más nada, que intente estar tranquila y que no sea inducida o sugestionada con ninguna historia fantástica. Ella charlando dio un nombre que no correspondería con ningún niño de la guardería y que apunta a una mujer adulta que la invitó a jugar a la ‘Pantera Rosa’, bajándole el pantalón”. “Cuando le bajé la bombacha para revisarla noté la sangre y me desesperé. Cerré toda mi casa y la llevamos al hospital, de allí a la Comisaría de la Mujer para la denuncia. Los médicos forenses que la vieron y que constataron las excoriaciones, me dijeron que ella refería bien que su herida correspondía a un juego, el de la Pantera Rosa, pero que iba a poder contarlo con ayuda de profesionales en cámara Gesell. Eso es lo que espero ahora, que pueda hacerse esa medida y se aclare quién es la mujer que ella nombra”.Remarcó también que “si mi hija se lastimó en un juego debía tener un golpe o hematoma y eso fue descartado. No se cayó y lesionó con nada, fue directamente con un elemento o una uña o algo similar”.“Pero igual debieron notar que estaba lastimada, si algo le pasó ahí adentro debieron haberla asistido y no fue así la entregaron sin decir nada. Al otro día fui a preguntar a la guardería y me dijeron que la habían notado mal a la nena con cambios de actitud. Y no me habían dicho antes, cuando fui a relatar lo que le pasó recién me comunican que notaban mal a mi hija. Justo me iban a decir que mi hija estaba apática y que ahora si fue abusada seguro fue en otro lado. No quiero que se laven las manos, por eso espero que le hagan todas las pericias necesarias porque los niños no mienten”. Según la denunciante, la niña “comenzó a sufrir pesadillas, no le saco los ojos de encima, ella se tapa los genitales y aprieta sus manos con las piernas en actitud defensiva, se retuerce toda, la tengo que despertar despacio y me grita mamá, parece como una película de terror (…) Y era una criatura inquieta, que comía con normalidad, desde el jueves todo está cambiado, hasta vomita la comida. No se deja tocar por nadie que no conozca”.La progenitora fue cauta en cuanto a sus sospechas. “No quiero culpar a nadie, quiero que mi hija sea asistida por profesionales y pueda relatar qué sucedió, dónde y con quién”.Pericias médicas Los exámenes médicos habrían resaltado hasta el momento, que la menor no sufrió alteración en su himen y ano, pero sí las lesiones con sangrado en la vagina, sin hematoma y que no corresponderían a una infección, por ejemplo, por falta de aseo. “Yo la baño y cuido constantemente, en mi entorno directo no hay personas que puedan sospecharse. En casa sólo vivimos tres mujeres: Mis dos hijas y yo. Insisto, no busco culpables en cualquier lado, quiero saber qué le hicieron a mi hija y estar segura si lo mismo no le pasó a otro niño”.




Discussion about this post