El tribunal que lleva adelante el juicio a los 11 campesinos acusados por la llamada masacre de Curuguaty, que en 2012 causó la muerte de 17 personas y derivó en la destitución del presidente Fernando Lugo, terminó este martes el proceso en Asunción y anunció para el lunes la sentencia del caso.Los campesinos están acusados de invasión de inmueble ajeno, asociación criminal y homicidio doloso, y la Fiscalía pide para ellos penas de prisión de entre cinco y 30 años, mientras la defensa reclama que sean absueltos.El 15 de junio de 2012, varios centenares de policías buscaron desalojar a cerca de 70 campesinos de las tierras que ocupaban en el distrito de Curuguaty para pedir que se integraran a la reforma agraria, y en ese operativo se produjo un tiroteo en el que murieron 11 campesinos y seis policías, aunque la Fiscalía no investigó la muerte de los labriegos.El tribunal adelantó este martes que, por la complejidad del juicio, en el que declararon más de un centenar de testigos, y la cantidad de documentos como pruebas periciales y videos exhibidos en el proceso, resolverá el caso de cada procesado "uno a uno", y comenzará a leer su veredicto el próximo lunes.Antes del cierre del proceso, los 11 acusados pidieron la palabra al tribunal y exigieron su puesta en libertad después de cuatro años de prisión preventiva, recordaron a algunos de sus familiares muertos en la masacre, y pidieron que se esclarezcan las muertes de las 17 víctimas de la matanza.Uno de los acusados, Rubén Villalba, el único que permanece en prisión condenado por una causa de 2008, y a quien la Fiscalía pretende imponer una pena de 30 años de cárcel y 10 años de medidas de seguridad, exigió además que no se le condene por su "ideología" o por "pensar diferente".La Fiscalía argumenta que los campesinos tendieron una emboscada a los más de 300 policías especializados y provistos de armas largas que intervinieron en el desalojo.Por su parte, el abogado Marcos Shirakawa, defensor de uno de los campesinos y que fue quien cerró este martes los alegatos finales de la defensa, ratificó la "inocencia rotunda y categórica" de los procesados."Desde la investigación, la Fiscalía se equivocó, cometió errores y violaciones del proceso, y durante el juicio no pudo sostener los hechos ni las acusaciones, no pudo probar la actuación ni los presuntos delitos de los acusados", afirmó Shirakawa.La matanza de Curuguaty fue la excusa con la que el entonces opositor -hoy gobernante- Partido Colorado impulsó el juicio político contra Lugo, que también respaldó el Partido Liberal, aunque en ese momento era aliado del mandatario. Por esa destitución, Paraguay estuvo suspendido del Mercosur y cuestionado en la Unasur.Sobre el final del proceso, cinco mujeres se encadenaron hoy frente al Palacio de Justicia para pedir la absolución de los campesinos acusados.Tres de las mujeres encadenadas son familiares de los campesinos procesados en el juicio: Carmen Paredes, madre de Arnaldo Quintana; Angelina Paniagua, madre de Alcides Ramírez; y Élida Benítez, madre de Néstor y Adalberto Castro, y de Adolfo Castro, fallecido en la masacre.Las otras dos mujeres son activistas que acompañaron el proceso judicial a los campesinos, iniciado hace casi un año: la historiadora Margarita Durán, y Guillermina Kanonnikoff, víctima de la dictadura de Alfredo Stroessner (1954-1989).Fuente: agencia Télam





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