Tras seis días de acampe frente al Palacio de Justicia, François Nuno Setario, el brasileño que desde hace dos años lucha en la capital misionera contra viento y marea para conocer a su pequeña hija, entendió que allí no encontraría respuestas. Sin embargo, lejos de bajar los brazos, el joven padre decidió emprender el “Camino de Andrés”, una expedición que lo llevará, en bicicleta, a recorrer las 31 Reducciones Jesuíticas, con la que busca sensibilizar a las autoridades y buscar la ayuda de Dios.“Tenía la expectativa de que a la madre de mi hija se le ablandase el corazón y me la deje ver, pero no lo logré, no conseguí mucho, sólo que me miren feo, molestar, y no era mi intención, sólo quería que se resuelva esta situación”, mencionó el brasileño, como se hizo conocer en la provincia, quien ya cuenta con un régimen de visitas que su expareja nunca cumplió y añadió que “ahora voy a buscar más la parte espiritual, que Dios me ayude también”.Deseoso de que esta iniciativa genere conciencia sobre lo que significa el accionar de la Justicia, François explicó a PRIMERA EDICIÓN que será una travesía por “las Misiones Jesuíticas, a la que nombré ‘Camino de Andrés’, en homenaje a Andresito Guacurarí de Artigas” que, según entendió, algún día puede ser como un “Camino de Santiago”, pero en Sudamérica. Esta ruta que recorren los peregrinos de todo el mundo para llegar a la ciudad de Santiago de Compostela, donde se veneran las reliquias del apóstol Santiago el Mayor, “genera muchas visitas por el intrigante de su historia, a pesar de que no es tan legítima, de que tiene mucho de comercio; acá tenemos una historia hermosa y verdadera, no necesitamos inventar nada, pero lamentablemente nadie se animó a aprovecharla”, dijo.Y describió que entre cada reducción marcará doce estaciones, representando el Vía Crucis, para que quienes hagan la peregrinación puedan pasar, confesar su fe, rezar u orar, “con postes que yo mismo voy a hacer, con ayuda de la gente. Todo para tornar este momento tan difícil y, ojalá, a mi vuelta pueda alcanzar lo que tanto quiero, que es estar con mi hija y que se pueda hacer más natural ese contacto”, enfatizó.Setario cuenta con un régimen de visitas impuesto por la Justicia, el mismo que nunca se cumplió, y que estipula que comparta con la niña cuatro horas divididas en “dos veces por semana, miércoles y viernes, por ahí ese es el problema, por ahí la madre ve en eso una dificultad y yo entiendo, por ahí piensa que dos horas no son justas”, subrayó y rogó que aunque sea le permitan “cinco minutos, porque a mí no me sirve un día entero que no se cumple, con cinco minutos ya está”.Pensando en la niña“No veo que pueda beneficiar a la nena si estoy con ella dos horas y después paso tres días sin verla, deberían ser aunque sea cinco minutos pero diarios, tal vez no hable con ella, sólo la vea, que nos veamos sin ninguna palabra generaría una rutina, los niños aprenden por la rutina. Si ella me viera, aunque no entienda quien soy, la rutina la acostumbrará y llegará el momento que no voy a necesitar decirle, sabrá que todos los días va a ver a su papá aunque sea un ratito y así se va a generar la vinculación. De la misma forma en que se acostumbra con la maestra en la escuela, con los amiguitos”, confió el padre.“La rutina es necesaria y hoy se ignora en los juzgados, es muy frío lo que hacen, dicen una, dos, tres horas y por ahí ese tiempo es pesado para la nena, que tal vez no quiera estar dos horas en un lugar extraño. Le puede resultar traumático ese tiempo sin su mamá y yo no quiero eso para ella, quiero que el tribunal sea más sensible y que imponga una rutina y entrar naturalmente en su vida, no de forma abrupta, invasiva y espero que a mi vuelta de esta travesía el juzgado pueda elaborar algo más en favor de los derechos de mi hija, los míos y de su madre, el juzgado hoy por hoy está actuando para no tener problemas”, refirió.E hizo hincapié en que tener la posibilidad de preguntarle a su pequeña si necesita algo será razón suficiente “para seguir viviendo con ánimo, para trabajar, para estudiar, porque sé que hay motivo para todo, porque mañana, con sol, lluvia o tormenta voy a estar con ella un ratito y será mi alegría, mi motivo para seguir adelante y seguro, tranquilo”.Más allá de toda esta lucha, François manifiesta que no le guarda ningún rencor a su expareja, simplemente “ella tomó malas decisiones y yo entiendo, todos nos equivocamos y yo no la juzgo, es la persona que elegí para casarme, por algo fue, tener a la nena no fue un accidente, hablamos mucho antes de tenerla, planeamos lo que sería el embarazo, su crianza. Hoy por hoy la veo como una persona especial porque es la madre de mi hija, no la quiero como pareja pero eternamente será la madre de mi hija, la persona en la que mi nena confía, con la que habla, con la que está la mayor parte del tiempo y por eso le tengo un aprecio especial. Es una excelente madre y una excelente mujer”.Por sobre todo, el bienestar del niño“En Brasil, la Justicia no se mete en la familia, si hay un hijo entre medio jamás un policía va a meterse enfrente, no importa el motivo, nunca he visto, por más confusión que haya en la familia, que pase esto. Es un tema cultural, acá se valora la defensa de la mujer y el niño y en Brasil también, pero de otra manera, nunca se impide el contacto con el niño, en general las peleas no son por los niños, no es por falta de amor del padre, sino por celos de los adultos e impedir el contacto empeora las cosas, porque al padre se suma el dolor de no poder ver a su hijo”, comparó François.E insistió en que “siempre va a haber problemas de pareja, acá todos los problemas de pareja generan un conflicto social, en Brasil no, cuando una discusión de pareja va a terminar mal la Policía actúa como mediadora, mientras que aquí, donde aseguran resolver el problema, el padre va preso y ya está, cuando no debería haber una intervención tan invasiva, sino que debe guardarse el orden público respetando al niño, a la familia”.Y esto pasa porque “se busca hacer el trabajo más corto, no bien hecho, lo detenemos, le impedimos el contacto y listo, pero el problema empieza ahí, allí comienza el sufrimiento del menor, de la madre, porque la invaden pensamiento como ‘mi ex me va a matar’, y muchas veces se llega a hechos de tal violencia que la mujer, el hombre o ambos terminan muertos y eso es por la mala intervención judicial, invasiva, que crea en ambos un odio, una bronca tan grande que a veces brota en un hecho que ya no tiene más solución”, juzgo el brasileño.“La Policía debería ser orientada a mediar, se trata de una pareja compuesta por seres humanos, que tienen sentimientos, se puede evitar que hagan cosas que no corresponden, pero no que un
padre vea a sus hijos, no es lo que corresponde, es un derecho natural, si es violento con el menor estoy a favor de la protección integral del niño, que el contacto se facilite de manera segura”, valoró.“En Brasil, el consejo tutelar, porque allí la tutela de los niños es del Estado, no de los padres, si los padres no se ponen de acuerdo, los niños son puestos en un abrigo hasta que ambos lleguen a un acuerdo, entonces tienen que entenderse, la función del Estado es regular, no sacar ni al padre ni la madre. Las relaciones no pueden ser determinadas por la Justicia. La protección integral de la mujer y el niño deben ser de hecho, no cortando las relaciones de manera brusca y cruel”, consideró.





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