Esta es una expresión habitual de muchos que muestran su resignación a cambiar y transformarse internamente sobre algún aspecto de su vida, y también “evitando la reflexión”, es la expresión “negativa” de que “ya he colgado los guantes”.También es una expresión de comodidad, porque se evita la transformación, siendo un esfuerzo que no se desea hacer, se está conforme con su situación.Decir ¡Bueno yo soy así!, es la expresión derrotada de una vida que no espera y no desea ninguna modificación, es la confirmación de una vida “momificada”.Mi querida suegra Nelly dialogaba con su hija, mi esposa, y le decía que necesitaba hacer cambios en su vida, que vio a tal persona hablar por televisión y lo que dijo le ayudó a modificar un comportamiento equivocado. Aún se cuestiona los errores que tuvo en la educación de sus hijos, y le hubiese gustado cambiarlos.Tiene 94 años y todavía piensa en hacer cambios en su vida, ¡Qué ejemplo para muchos, incluso para mí y ¡qué sabiduría! Ella y yo hemos dialogado mucho y con algunas opiniones encontradas, pero debo reconocer que en muchos de esos diálogos mostró más claridad de criterio que yo. Alguno dirá “¡bueno, seguro que tu suegra tuvo una vida fácil y por eso habla así!”, y yo les digo que ¡para nada le fue fácil! Fue una niña de siete hermanos, que trabajaban en el campo en Santa Fe, cuidando animales y cosechando en sembrados, que cambiaban de lugar cada medio año según la cosecha que había, viviendo en galpones, sin poder terminar la escuela primaria, haciendo dos veces cada año por los continuos cambios, llegando sólo hasta cuarto grado, que trabajó de “sirvienta” en casas de ricos cuando se mudaron a Rosario, luego se casó, fue una excelente esposa, madre y ferviente cristiana.Pido perdón por el uso de la palabra “sirvienta”, no me gusta usarla pero es así como la trataron y la explotaron, yo podría usar el término “empleada doméstica” pero sería un eufemismo, sería una palabra suave para ocultar una realidad dolorosa. “En un pueblo de Francia vivía la niña Clara, con su madre y abuelo, una familia peculiar sin relojes en su casa, pues a Clara no le interesaba conocer la hora, y a las demás personas les llamaba la atención, haciéndola sentir rara.Una noche su abuelo le dijo que a él vivió lo mismo de pequeño, sintiéndose raro y diferente, sólo porque otros tienen algo que algún día te darás cuenta que no hace falta. Mi madre decía que el reloj era un cacharro inservible, complica la vida pues marca las horas haciéndonos rutinarios, parecía que el tiempo pasaba más rápido sin disfrutar cada momento. De niño esto no lo aprecias, pero al ser mayor te fijas en los años vividos y te arrepientes de cosas que has hecho o dicho….Clara se sorprendió y este pequeño relato cambió su forma de pensar, salió a buscar sus amigos para explicarle lo bueno de vivir sin reloj, y convencerlos de que la vida pasa rápido sin darse cuenta, que no hay que desaprovechar ningún momento y disfrutarlos todos.Muchos de los habitantes de ese pueblo se deshicieron de su “cacharro”, y hasta le dieron las gracias porque les gustaba ser diferentes a otros y vivir más felices”. Extracto Cuento Barroco. Autor desconocido. La vida de una persona se entreteje a partir de la idea de sus progenitores y la unión de un óvulo y espermatozoide en forma ininterrumpida, hasta la tan temida muerte.Pero como en todo camino que se emprende, existen momentos de avanzar, también de descansar y reflexionar, es decir que debemos detenernos como el guía de una expedición que verifica su posición, para pensar en dónde estamos parados y cuáles son las metas para lograr.Es necesario reflexionar para mejorar, cambiar y continuar o no, con aquello que se hizo hasta este momento, debemos buscar la transformación interna que nos haga mejor persona y encontrar nuestro sentido de vivir.“Recuerdo que de niño siempre tenía la inclinación de coleccionar cosas, eran cosas simples que me atraían, comencé con bolitas, soldaditos, figuritas, historietas. No eran grandes colecciones, sólo eran un grupo de objetos que me contentaban por un tiempo, más tarde eran estampillas, monedas, etc., pero sin exagerar ya que nunca pasaron a ser grandes.También juntaba libros para leer y estos me permitieron entender el valor de las palabras, su significado y la certeza de que cuantas más palabras conociera, mejor iba a expresarme y comunicarme.Hace años entendí que lo leído eran ideas ajenas que luego las hacía propias, que esas palabras a veces me cuesta hilarlas en una conversación, que con el tiempo, el análisis y la reflexión podía compartirlas y confrontarlas con otros escribiéndolas.Pero fundamentalmente me di cuenta que este análisis reflexivo de años del significado de mis ideas, me ayudó a entender un poco más “dónde estoy parado” ideológicamente, me posibilitó “acomodar un poco los patitos que aún tenía descarriados” y fundamentalmente me permitieron cambiar.Muchas personas no son dadas a la reflexión, vivimos desenfrenadamente buscando éxito, dinero, comodidades, sin dejarnos tiempo para pensar en lo que estamos haciendo.Con una vida a toda velocidad perdemos muchas cosas y experiencias maravillosas, dignas de ver y escuchar. Cuando escuchamos la palabra reflexión la asimilamos a estar en silencio, concentrado, tratando de eliminar las innumerables perturbaciones que nos ofrece la vida diaria, para recomponernos y saber cómo estamos posicionados.La mayoría de nosotros suele hacer diariamente sus programas para el día siguiente, muchas veces sin evaluar lo que aconteció ese día; debemos tratar mediante la reflexión de saborear los logros diarios y recomponernos de las derrotas, para evitarlas en el futuro, debemos también pensar si sólo somos un pequeño grano de arena intrascendente en el universo.La reflexión debería ser una experiencia diaria y no solamente luego de que tengamos una crisis, donde nuestras bases emocionales, intelectuales y espirituales tambalean.Reflexionar no implica sufrir en silencio por horas, sino experimentar paz y tranquilidad a veces sólo unos minutos.Debemos tener un tiempo durante nuestra vida diaria, donde nos preguntemos ¿Cómo va mi vida? ¿Estoy en el camino, pero hacia dónde? ¿Qué deseo? ¿Me desvié de mis principios y me perdí? ¡Esto nos ayudaría mucho! Por J.L. Bazán – MédicoDeseo tu opinión:[email protected]





Discussion about this post