“Lo que dices no es tan importante como cuándo lo dices”. Una frase que mendiga la acción de llegar decididamente en un momento dado a realizar una idea, que nos revela una pregunta relativa como pasa con la concentración por ejemplo. Se cuenta que en una investigación supervisando el nado del atún, científicos se preguntaban cómo era posible que sin desarrollo muscular puedan girar de rumbo tan rápidamente y vieron que el pez se apoya en el remolino que acomete con la cola, aprovechando al instante la onda del agua para ese desplazamiento repentino.Ahora, los seres humanos por supuesto que no pueden cambiar sus entornos físicos tan fácilmente como los peces, pero sí podemos cambiar nuestro cuerpo, lo que cambia es la información sensorial que recibimos, que a su vez cambia nuestra capacidad para controlar el movimiento. Si en ese sentido somos como el atún, la retroalimentación sensorial para hacer mejores movimientos queda a merced de su atención y en probar siempre más posibilidades.Colabora: César Aguirre AyraultTerapias corporales. Masajista californiano.En Facebook: Equilibrándonos Masajes.3764 791631





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