Señora Directora: Quienes estuvimos al frente de las aulas de las escuelas que funcionaban hace cincuenta años o más, desarrollábamos un programa de enseñanza donde ya con el cuarto grado aprobado el alumno sabía escribir una carta, leer letras imprenta y cursiva, tenía conocimientos sobre geografía del lugar y del país. Se inculcaba el nombre y actitud de casi todos los próceres (biografías) y también la ubicación de nuestra Argentina dentro del continente; conocimiento de símbolos nacionales, canciones patrias y el respeto que cada uno de ellos merecen. En especial antes y durante los solemnes actos, respetando cada fecha y los próceres.El maestro incursionaba en la enseñanza de reglas de urbanidad, principios éticos y morales de convivencia social. Actualmente debemos hacer un mea culpa por haber abandonado viejos y sabios programas de enseñanza y quienes pagan los platos rotos son las nacientes generaciones que por falta de una correcta enseñanza carecen de conocimientos básicos para el desarrollo de su vida. Falta agregar que hasta se dejaron de enseñar las cuatro operaciones fundamentales y de longitud, tan necesarias.La puesta en marcha de nuevos programas educativos nos dicen que es urgente que en el proyecto debe incluirse, casi como prioridad, el país que queremos ser y que tenga una fuerte inclusión de la familia, centro de la sociedad.





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