“No hay mejor defensa que un buen ataque”, dice una de las tantas frases hechas de ocasión que muchas veces se utiliza en el fútbol y que constituyen verdades a medias.En este deporte nadie es portador de un certificado de garantías en relación al éxito o el fracaso. Ni jugadores, ni mucho menos los entrenadores. La eliminación en octavos de final de Guaraní Antonio Franco constituye, como siempre ocurre, un duro golpe a la ilusión de los hinchas, una frustración en los futbolistas y en los objetivos dirigenciales. Lamentablemente la Franja no pudo sortear la fase de octavos frente a San Martín de Tucumán, ya que de visitante perdió 2-1, el mismo resultado que se había registrado en Posadas en favor del cuadro misionero y que por ventaja deportiva le permitió a los tucumanos pasar a los cuartos del torneo Federal A.El equipo que condujeron los Zuccarelli (Martín y Humberto) nunca logró equilibrio. Transitó, de un tiempo a otro, de un juego por momentos contundente a un equipo lleno de dudas, especialmente en defensa. Tal vez el único encuentro en el cual logró cierto equilibrio (especialmente defensivo) fue con el Santo tucumano de local, pero le faltó jerarquía y la rebeldía futbolística para salirse de ese esquema conservador que siempre lució, más un en la revancha. En donde se tiró demasiados atrás y no tuvo la osadía de hacer cambios para matarlo de contra a un desesperado y regalado rival. La insistencia con algunos jugadores que nunca lograron un rendimiento regular, a excepción de algunas honrosas actuaciones (Casteglione, Barreña o Fioravanti), fue otro factor negativo que marcaron algunas decisiones del cuerpo técnico. ¿Es un fracaso o un papel digno? En varias ocasiones, desde esta misma columna se hizo mención a que el equipo, en gran parte de la competencia, nunca había jugado bien. Y, sin duda, la campaña está más cerca de un fracaso que de un papel digno, pues arrancó como el gran candidato al ascenso, pero terminó mostrando un magro número de casi 48 por ciento de efectividad en los 14 partidos que jugó (5 victorias, 5 empates y 4 derrotas), es decir, sumó 20 puntos de 42 posibles. En esta ocasión, los DT fueron los que eligieron los jugadores, contrariamente a lo que sucedió en la B Nacional.La selección de los refuerzos, una falencia de los últimos tiemposUna vez más la cuestión de los refuerzos vuelve al tapete. Muchas veces las críticas están referidas a algunos valores -no todos- que se traen de afuera para ocupar lugares que, sin duda, podrían ocupar jugadores locales.Si bien es cierto que en el fútbol todo es materia opinable. Sí uno utiliza un poco de razonabilidad a la hora contratar jugadores, el refuerzo debe marcar claramente la diferencia con el jugador local, sino no sirve. En algunos casos en Guaraní se trajó gran cantidad de jugadores, muchos de ellos sin el rodaje necesario para jugar en esta categoría, en donde el oficio es fundamental para lograr los objetivos. El domingo tras el partido en Tucumán, se le consultó a Martín Zuccarelli sobre su continuidad o no. El más joven de la dupla técnica respondió que en esta semana iba a hablar con Roberto Enríquez sobre el tema, aunque se sabe que el contrato con el club finalizó el 30 de abril pasado.Por otra parte, aunque algunos estiman que se trata de una chicana, la continuidad del actual presidente de la entidad es otro frente que se abre en el futuro del club de Villa Sarita.Esta es una situación preocupante, porque un club no se maneja sólo con la pasión de los hinchas, sino que necesita sustentabilidad econímica, administración ordenada y proyectos a corto, mediano y largo plazo.Otro de los aspectos que necesariamente debe ser revisado por la dirigencia Franjeada es el tema de inferiores y la transición al plantel de la primera local y sus posterior inserción en el Federal A. ¿Cómo puede ser que algunos valores surgidos de sus inferiores sean figuras en otros clubes y que en Guaraní fueron prácticamente desechado. Los casos más conocidos en los cuales la “Franja” demostró impericia son Iván Molinas, Enzo Godoy y Nahuel Bentos, quienes se formaron en el semillero de la Franja, pero con la participación de Crucero en inferiores de AFA lograron alcanzar un nivel superlativo.





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