Viajamos hasta Corrientes para escuchar a Rene Mey y compartir con ustedes lo que se vivió durante el encuentro.La cita estaba prevista para las diez de la mañana, pero su vuelo se retrasó y llegó a las cuatro de la tarde. A pesar de la larga espera, casi mil personas estaban allí, en el Centro de Educación Física -ubicado en las Mil Viviendas-. Muchos llegaron al lugar con problemas de salud, algunos con imposibilidades física notorias y otros con el padecer escondido a la vista.Cuando llegó, lo presentó su esposa Juliette Laure, quien es abogada y es quien escribe los libros en los que da fe del “poder” de su esposo. Rene Mey es delgadísimo, tiene una sonrisa que llena el alma y cuando habla, a pesar de que su español se le mezcla con el francés, lo hace de manera armoniosa. Durante la charla dijo que “todos tenemos el poder de sanar a otros”, mostrando su mano derecha explicó que si no lo hacemos es porque no desarrollamos ese poder, pero que lo llevamos dentro. Fuimos creados para sanar. Su objetivo en la vida es formar a las personas para que puedan ayudar a otras. Incluso habla del amor, de cómo escuchar a nuestro cuerpo y también sugirió algunos tips para prevenir enfermedades como el de consumir Vitamina C diariamente; o el de tomar café para prevenir el Alzeimer. A un costado del escenario estaba la gran pila de agua a las que le puso su intención. Todos compramos el agua sanadora e incluso invitó a que todos pongamos desde lo más profundo de nuestro corazón, una buena intención al aguan que vamos a beber. Luego impuso las manos a todos, uno a uno. Les contaremos más, en los próximos números. Por Rosanna Toraglio





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