Seguramente cada una de las lectoras debe tener una conocida al menos experta en crear melodramas en su vida. ¿En qué sentido la palabra melodrama? Teatralmente hablando el guión está lleno de despliegues emocionales excesivos, violentos y reacciones exageradas. Son mujeres que arman excitantes y sensacionales historias y que exageran todo al máximo.Esta caracterización es útil porque puede ayudar a la afectada a salir del circuito compulsivo y autodestructivo, y fue descrito por la psicoterapeuta norteamericana Joy Davidson, a través de sus libros y escritos en forma muy detallada. Ella explica que la vida de las “expertas en melodramas” (E.M.) está llena de peleas inútiles, ya sea con amantes, familiares o amigos, pasando constantemente por emergencias y crisis extenuantes, o se sumergen en relaciones sentimentales triangulares condenadas al fracaso, elige relacionarse con gente complicada, abusa de tranquilizantes o alcohol, o puede ser compradora compulsiva. Siempre jugando llegar al límite para alcanzar niveles de sensación intensos casi agónicos.Por lo general suele estar inconsciente de que es ella misma quien lo genera, atribuyendo su situación a la mala suerte, echa la culpa a los demás o se lamenta con un “¿por qué a mí?”. Los fracasos y problemas que atrae a su vida parecen estar fuera de control, y paga altos precios emocionales en forma de frustración, infelicidad y autoestima negativa. Sin embargo las E.M. pueden reorientar su vida y lograr su curación.Hay tres tipos de E.M.: las luchadoras, las desafiantes y las rebeldes.Las luchadoras: que hacen bombear más adrenalina que una crisis o calamidad. Para este tipo el melodrama está en las relaciones interpersonales por ejemplo, explosiones con amantes, entripados con la familia, postergar trabajos en fecha para entregar a última hora. Para esta clase de mujer la paz del alma no existe.Ellas perciben el amor como atracción física, excitación pasional y dependencia emocional, por eso rara vez experimentan el amor verdadero y compartido. Comienzan una relación apasionadamente y finalizan insatisfechas preparándose para la próxima batalla. (Continuará)Colabora: Hilda Gonzá[email protected]





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