Para una persona que no practica ninguna religión, a veces encontrarse con su Fe no es cosa sencilla.En Abril pasamos por el Vaticano, un miércoles en los que el Papa (Francisco) da su misa, sin mucha más expectativas que poder verlo al menos desde lejos.Llegamos a las 7 de la mañana como lo indican el día anterior al buscar las entradas, y con un poco de intuición nos ubicamos muy atrás, cerca de donde pasa el Papa móvil, sin estar seguros de que podríamos verlo.Un sol radiante de primavera y miles de personas de distintas partes del continente, acomodándose, hacían sentir la inminente presencia de Francisco.Toda esa gente que esperaba con tantas ansias, hacen que la Plaza San Pedro se colme de energía. Pocos minutos pasaron de las 9 y pudimos ver el Papa Móvil, una emoción especial nos invadió, y uno de los seguridad tomó a mi niña más pequeña para acercarla a Francisco para darle un beso y la bendición.Como si se hubiera parado el tiempo ellos se miraron fijo a los ojos y sin casi pestañear la bebé de 11 meses aceptó con gusto salir de los brazos de su madre para vivir esa experiencia.Nos invadió una sensación de paz, de amor muy grande, que se mantiene en el tiempo.Años atrás visité la India, donde pasé por el Asram de Sai Baba, que aun vivía y sentí esa energíaMiles de personas que creen en alguien, que abren su corazón a Seres especiales que emanan AMOR PAZ Y MISERICORDIA. Quería compartir esta experiencia hermosa con todos ustedes. Colabora: Luciana Amado SiryEspacio WellnessSargento Cabral 2042FB: Espacio Wellness





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