Señora Directora: Ya deben sumar decenas de notas publicadas con relación a los ruidos molestos producidos por escapes libres y música con un volumen fuera de lo normal en vehículos y domicilios sin que los responsables tomen las medidas correspondientes. O sea, concejales y autoridades municipales hacen oídos sordos y demuestran una total inacción/despreocupación para controlar este terrible problema que enferma a la sociedad en su conjunto.Tal vez, hubiera sido más importante aprobar una ordenanza con sanciones ejemplares a los que cometen abusos con los ruidos molestos y paralelamente comenzar una campaña de concientización con respecto a la ingesta de bebidas alcohólicas, evitando luego conducir un vehiculo, dadas las características de la idiosincrasia misionera en cuanto a la costumbre de beber algo de alcohol y luego conducir. Al finalizar dicha campaña recién aprobar la ordenanza respectiva de alcohol cero.Sin campañas previas a la aplicación de una ordenanza o ley, no se logran resultados que sean aceptados por la mayoría, sino más bien generan actitudes desagradables y hasta de violencia, dada la prematura acción autoritaria a la que la mayoría elude o rechaza. Para no ir más lejos, se habla mucho de seguridad vial, pero ¿cuánto se hace al respecto? ¿Qué sucede fuera de las cuatro avenidas céntricas, cuando se sabe que en ese ámbito no hay controles? En el mismo microcentro, hay inspectores/as que se pasan hablando entre ellos sin darle importancia a su trabajo. ¿Quién los/as controla? Delante de sus narices hay conductores que están en infracción (pisando la senda peatonal o estacionando frente a la rampa de discapacitados) o motos que pasan con escape libre sin que se den por enterados. ¡Una vergüenza!





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