En 1976, Héctor Neris Cardozo introdujo a su familia en un literal “infierno” que acabó treinta y ocho años después cuando una de sus hijas se atrevió a denunciarlo, y destapó la trama de aberrantes tormentos sexuales y golpes.Cardozo fue denunciado por abusar sexualmente de dos de sus hijas cuando tenían diez y catorce años. La dramática historia se inició en una chacra de Colonia Gisela, en Jardín América. A una de sus víctimas la embarazó en doce ocasiones, dio a luz a nueve criaturas, una falleció a los ocho meses de vida.Cardozo hoy tiene 74 años, y esta semana el Tribunal Penal 2 lo sentenció, en coincidencia con el acuerdo en juicio abreviado que propuso el fiscal Rolando Oliva, a 35 años de prisión luego que el viernes 21 de noviembre de 2015 admitiera su culpa y respectiva condena por los dos casos de “abuso sexual con acceso carnal agravado por el vínculo continuado (artículo 119, párrafos primero, tercero y cuarto, inciso B, del Código Penal), y amenazas simples, todo en concurso real (artículo 149 bis, primer párrafo, todo en función dl artículo 55 del Código Penal)”.Alcanzó a escaparDe acuerdo al compendio fáctico de la causa, adelantada en exclusiva por PRIMERA EDICIÓN en su edición del martes 24 de noviembre de 2015, la madre de las víctimas abandonó el hogar en 1978. Escapó de los golpes y amenazas de Cardozo, pero se fue sola y dejó a sus hijas en las garras de su progenitor. Las menores fueron abusadas sexualmente dentro y fuera de la vivienda de Colonia Gisela, incluso, mientras debían cumplir con las tareas de limpieza.Las denuncias fueron presentadas en octubre de 2014, y relataron con precisión, que las niñas fueron violadas, incluso cuando lavaban ropa en un arroyo, y que no debían gritar “ni lagrimear” porque las represalias serían más crueles.Pocos días antes que la concubina de Cardozo abandonara a sus hijas, una de ellas, de diez años, mientras cuidaba los animales vio como su padre violaba a su hermana de catorce. Fue obligada a presenciar el acto aterrada porque la amenazaba con un puñal. Minutos después, sufrió el ultraje sexual con la misma ferocidad.Cardozo violó “sin importarle los llantos de dolor y desconcierto, el terror, los ruegos”, describió el fiscal Oliva en los autos de requerimiento de condena en juicio abreviado.La menor de las víctimas padeció las vejaciones durante cuatro años. A los catorce escapó hacia el hogar de un vecino y no retornó. Su hermana no se atrevió a seguirla y a los quince años dio a luz por primera vez. Pero quedó embarazada en doce oportunidades, tres gestaciones se interrumpieron a los 8,5 y 4 meses, y un bebé falleció al cumplir ocho meses.Forzada por su padre, crió cinco hijos varones (hoy entre los 33 y 19 años) y tres mujeres, estas últimas de 17, 14 y 11 años, quienes cambiaron su apellido por el de la actual pareja de su madre.En 2006, tras 30 años de sufrimiento, la última víctima logró liberarse y sacar a todos sus hijos de la chacra. En marzo de 2015, cuatro meses después de acusar a su abusador, se sumaron al expediente las comprobaciones genéticas: en un grado de 99,99% de certeza, los ocho hermanos fueron confirmados como hijos de Cardozo.Ya detenido se confirmó que Héctor Neris Cardozo era “plenamente capaz de soportar las acusaciones porque comprende la criminalidad de los actos y dirige sus acciones”.Su abogado defensor, Víctor Luciano Gómez, aceptó el juicio abreviado ofrecido por Oliva.Los jueces del Tribunal Penal 2, Roque Martín González (presidente), Martín Errecaborde y Eduardo D’Orsaneo (ambos subrogantes), cerraron la historia, coincidieron con la pena solicitada y solicitaron que sea de prisión efectiva."Orgulloso de haberte violado"En noviembre de 2014, Héctor Neris Cardozo fue denunciado por uno de sus hijos, a quien los atacó a machetazos en su hogar del paraje Tres Cerros de Santo Pipó. Desde una casa aledaña, el actual esposo de una de sus hijas violadas, intervino y evitó un asesinato.Cardozo, desencajado, cuando se alejaba lo amenazó: “Vos no te metas, ya va a llegar tu turno y te voy a matar también”, pero también le dejó un mensaje a su hija: “Estoy orgulloso de haberte violado cuando eras niña”.





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