Cuando nuestra amiga Beatríz Martínez nos contó de la visita de una conocedora del Calendario Maya, no dudé en encontrarme con ella. Así conocí a Ana Aguayo, una mujer fresca, segura y convencida de que en sus raíces se encuentra su conexión con la antigua civilización maya. “Me siento una verdadera india maya y cada vez más me siento orgullosa de eso. Antes tenía vergüenza de decirlo y ya no. Antes la gente se reía y comentaba hasta mi manera de vestir, pero con el tiempo entendieron que este es mi camino. Cuando ven los cambios que se produjeron en mí, en mi vida, yo era la víctima y andaba por ahí contando mi separación, lamentándome, y siempre así. Ahora me río pero sufría mucho”. A medida que avanzaba la charla, Ana nos mostraba esa parte de la humanidad que tenemos todos, principalmente cuando estamos en ese triste papel de víctimas. “Todo me pasa a mí, por qué a mí”, y en negación permanente. Está comprobado que las personas ‘víctimas’ no tienen un momento de felicidad y no pueden ver el mundo en el aquí y ahora, pues todo lo que hacen es recordar y generar nuevas circunstancias para poder reforzar su triste vida. Ana cambió. Es posadeña de nacimiento y reconoce que acá no la pasó bien hasta que un día armó sus bolsos, tomó a sus hijas y viajó para vivir en Capilla del Monte. “Siento que es mi lugar en el mundo y ahora en este tiempo, después de haber sanado, siento que es un regalo volver a Posadas para hablar de esto que aprendí. Lo que más conocemos del calendario Maya es que en 2012 se terminaba el mundo. Pero ya sabemos que fue un final de un ciclo, “el fin de la tercera dimensión y ya estamos en el proceso del cambio a la Nueva Tierra. Esto implica vivir en tiempos naturales sin basarse en un calendario Gregoriano porque por ejemplo, para el común de la gente hoy es 21 y para mí es el día de la Noche Rítmica. Los días tienen color, un nombre y una capacidad. El calendario te habla de una energía que tenés, si sentís que no sos feliz es porque no estás en la sintonía que tenés que estar. Cuando te conocés podés comenzar a vivir en sintonía”.Una de las prácticas que realiza Ana es la meditación diaria que cada vez se hace más corta porque “medito en cualquier momento del día, ingreso en el sin tiempo y es un ratito de conexión conmigo misma”. Sin embargo, para quienes todavía no alcanzamos el nivel de calma, esta maya que destaca flecos, dibujos y hasta piedras colgando en su atuendo nos dice que justo hoy sábado 30 estamos terminando la luna 10 mágica. Y entramos en la luna 11 que “es maravillosa porque es para disolver y liberar todo lo que venimos trabajando mucho. Todo lo que cargamos, los pesos, las preocupaciones, los debería. Esta energía te ayudará a disolver y liberar todo eso. Así que a meditar y sentir”. Por Rosanna [email protected]





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