En el diario Clarín publicaron esta historia que nos encanta poder compartirla. Dicen que para cumplir los sueños hay que volar alto. Fue así como Mariela Santamaría logró demostrar que no existen límites para abrir las alas y aprender a volar. A sus 32 años se convirtió en la primera mujer de Argentina en comandar un avión Hércules y la única del género que realizó vuelos entre las bases argentinas en la Antártida. Es capitana y trabaja en la Base Aérea de El Palomar.Un largo camino la llevó a cumplir su objetivo de pilotear uno de los aviones más grandes del mundo. Pasó cuatro años en la escuela militar de Córdoba y le tomó otros dos aprender a volar. “Mi primer vuelo no lo disfruté. Por un lado, se me estaba concretando un sueño, y por el otro, tenía miedo de que algo saliera mal”, recuerda Santamaría.Pero fue recién cuando llegó a la Base Aérea de El Palomar, hace tres años, que pudo subirse a un Lockheed C-130 Hércules como piloto. El avión tiene 30 metros de largo y puede llegar a pesar 70 mil kilos con carga completa. Y es por eso que cuesta creer que con su contextura diminuta, domine a la enorme aeronave de transporte conocida por su labor en la Guerra de Malvinas y sus misiones de rescate.Aunque en la Fuerza Aérea hay cinco mujeres pilotos, la capitana Santamaría es la única que eligió especializarse en Hércules. “Me decidí por ese avión por su tarea humanitaria. En las operaciones generalmente se trata de llevar comida a quienes la necesitan o de ayudar en alguna catástrofe”, explica. Y agrega: “Cumple una función de servicio y eso es lo que más me gusta”. (Escrito por Ailén Diap, Clarín Zonales)http://www.clarin.com/





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