La mujer de Cáncer es emocional, se guía más por el corazón que por la cabeza”, dice uno de los tantos sitios dedicados a describir a las personas de acuerdo a su signo zodiacal. Y debe ser cierto, porque de otra manera no se entienden cabalmente la constancia y la tenacidad de Ethelvina Sorghe (60) que está al frente de la Asociación Civil “El Refugio de Animales” desde hace quince años. En todo este tiempo logró la adopción responsable de 8.200 mascotas (cifra que no incluye adopciones de los últimos doce meses) que estaban abandonadas o enfermas y que primero fueron recuperadas por las manos amorosas de Ethel y los colaboradores. La cifra, de por sí, impresiona. Si tuviéramos que imaginar semejante cantidad de perros, no alcanzaría la cancha del club Guaraní Antonio Franco para albergarlos a todos. Esos 8.200 perros dados en adopción a familias que incluso “firman papeles” (con lo que ratifican un compromiso de cuidado y albergue, alimentación adecuada y mimos) les completaron la vida a un promedio de 25.500 personas. Si hablamos de cifras, hay otras que también son dignas de analizar: en Facebook, la “fanpage” de El Refugio de Animales tiene 70.976 seguidores, lo que la convierte en una de las más populares de la red social. Las fotos de los animalitos perdidos, encontrados, recuperados, adoptados, se comparten hasta cientos de miles de veces por quienes aman a las mascotas; sin embargo, la organización en la que en estos momentos cuidan, curan y alimentan a 240 perros (adultos y cachorros) y a cinco caballos, tiene apenas 250 socios que aportan un promedio de 50 pesos mensuales. Con eso tienen que pagar el veterinario, las castraciones, los remedios, el alimento y la construcción y el mantenimiento de los caniles. Los números no siempre se llevan bien con las cosas del corazón, está visto. De hecho, estas realidades, con cifras que alegran y otras que duelen, son las que afrontan cotidianamente Ethel y los demás voluntarios desde hace 5.470 días en forma ininterrumpida. Pese a ellas o gracias a ellas -vaya uno a saber- El Refugio de animales sigue en pié y el 29 de abril (dentro de cuatro días) cumplirá los 15 años ininterrumpidos de existencia y trabajo a destajo.Hace poco, y tras la cuarta inundación que destruyó todo en el predio anterior, Ethel logró que se mudaran a su propio terreno en Monseñor de Andrea y Ruta 12. Allá están reconstruyendo caniles y parquizando para que el lugar sea agradable y aliente la visita de personas que quieran colaborar, y de paso visitar un predio hermoso.De Chancleta en adelanteEthel recuerda aquella imagen y sonríe: tenía unos cinco años y junto a sus dos hermanos varones acompañó a su padre a un remate de chatarras. Iban en la vieja moto “paperino patito” a la que su papá le adicionó un carrito en el que entraban los tres. Cuando llegaron, bajo un auto viejo, vio a la perra abandonada y a los cachorros que mamaban desesperados. A la vuelta, en el carrito ya no eran tres, sino cuatro. Se les había sumado Chancleta, su primera mascota “propia”, una mestiza que vivió diez años y que la acompañó hasta su adolescencia. En la gran casona de Junín y Salta, en pleno centro posadeño, la familia Sorghe acostumbraba a convivir con animales -algunos exóticos- que su padre rescataba en sus vuelos a Puerto Iguazú en un biplaza del que era piloto. Años después se mudó a su primer departamento en la chacra 152 de Villa Cabello. Un pequeño sueño en el medio del descampado que todavía era la Zona Oeste de Posadas. Ese mismo descampado, sin embargo, resultaba “atractivo” para quienes gustan de abandonar perros enfermos y crías recién nacidas adentro de bolsas o cajas de cartón, como si fueran sólo pedazos de carne que no sufren ni tienen conciencia del padecimiento. La compasión, ese sentimiento escaso para algunos, sin embargo en ella definió su destino. Ethel no podía simplemente mirar para otro lado: los iba rescatando y acomodando en el pequeño patio para curarlos y buscarles una casa nueva. Así también conoció a un perro sarnoso que vivía frente al portón de un colegio en Kolping y Tambor de Tacuarí. Comenzó a visitarlo y a colocarle las vacunas para la sarna. Un día se encuentra con otro “humano amante de los animales” que también iba a curar al mismo perro y se rieron de la coincidencia, pero entendieron que tenían que organizarse para que no volvieran a superponer esfuerzos. El 29 de abril de 2001 nació la Asociación Civil El Refugio. Modelo de constancia Además del rescate y la adopción de perritos abandonados, la asociación que integra Ethel logró otras varias cosas importantes: la concientización sobre la necesidad de castrar a las mascotas y en especial, a los perros y gatos sin dueño, por ejemplo. La comuna posadeña, a instancias de la lucha de Ethel, aprobó la ordenanza que prohíbe el ingreso de circos con animales en el ejido municipal; también logró visibilizar un drama que no parecía tal: el abuso y maltrato de los caballos de tiro, hecho que posibilitó que pudiera rescatar -con ayuda policial- casi una decena de equinos que ya no eran más que un saco de huesos llenos de marcas de latigazos e infecciones. Por una denuncia de Ethel, se secuestraron vehículos que trasladaban hasta 42 gallos de riña. Quince personas fueron detenidas por organizar este sangriento y retrógrado espectáculo… y la lista sigue. Ethel, sin embargo, no hace este tipo de cuentas. Suficiente tiene con contar los pesos diarios para comprar alimentos y asegurarse de que los perros no pasen hambre. Hoy, mientras leés esta nota, ella estará preparando todo para recibir visitantes en el “Nuevo Refu” para la Mateada que organizó en conmemoración de los quince años de existencia. Estarán desde las 16 esperando a todos en Monseñor de Andrea y Ruta 12 y sólo hay que llevar mate, silletas, ganas de mimar perritos y si es posible, algún aporte en alimentos para las mascotas. “También tiene la mujer Cáncer una personalidad afectiva que necesita dar y recibir muestras de cariño”, sigue diciendo el sitio del horóscopo que leí para conocer más de Ethel según su signo. Y yo agrego: lo que no necesita son halagos, agradecimientos, homenajes, reconocimientos. Ella hace lo que hace sin esperar todo aquello. Y si volvemos a hablar de cifras, sorprende que esta mujer extraordinaria tenga un solo corazón en el pecho. Uno sólo. Claro que ella no espera reconocimientos. Pero se los merece. por Mónica [email protected]




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