Eric Harris y Dylan Klebold eran los nombres de los tristemente célebres jóvenes que hace 17 años causaron en una escuela de Columbine, un pequeño pueblo de Colorado, una de las mayores matanzas de estudiantes que recuerda Estados Unidos, en una hecho que además de dejar 15 muertos disparó un debate sobre el libre acceso a las armas que garantiza la Segunda Enmienda de la Constitución estadounidense.El 20 de abril de 1999 los jóvenes con antecedentes de problemas emocionales y psicológicos sembraron de bombas una escuela secundaria, mataron a 13 personas, hirieron a otras 24 y se suicidaron, según reseñan las crónicas del día posterior.Harris, vestido con una camiseta en la que se leía "Natural Selection", y Klebold, cuya remera tenía impresa la palabra "Ira", llevaron a la escuela bombas de fabricación casera que colocaron en la cafetería, y dejaron otras en sus respectivos automóviles.Ambos, ataviados también con chaquetas largas y oscuras, y equipados con una carabina, una pistola automática y dos escopetas con caño recortado, se sentaron a esperar el estallido de las bombas, hecho que finalmente nunca ocurrió por fallas en el armado.Ante el imprevisto, los adolescentes de 17 y 18 años ingresaron a la escuela y empezaron a disparar contra cualquiera que se cruzara en su camino.Las autoridades y especialistas en violencia juvenil trataron de precisar, sin mayor éxito,las motivaciones que tuvieron los atacantes para perpetrar la matanza, que en forma paralela catapultó a los primeros planos el debate que aún hoy permanece inconcluso sobre la tenencia y utilización de armas de fuego por parte de la sociedad estadounidense.No obstante, la llamada "cultura de las armas" sobrevive inmutable hasta la actualidad, en un país donde el 88,8 por ciento de la población tiene un arma de fuego, con cerca de 270 millones de unidades en manos de civiles, según datos publicados por el diario The New York Times.Los hechos de violencia que se repiten en el tiempo obligaron al presidente, Barack Obama, a expresar recientemente su intención de modificar la ley para impedir que se repitan tragedias como la ocurrida en Columbine y en otros tantos lugares del país.La llamada tragedia de Colorado dio lugar además al magistral documental de 2002 titulado "Bowling for Columbine", un alegado antiarmamentista escrito, dirigido y narrado por el escritor y periodista Michael Moore.El documental realiza una reflexión acerca de la naturaleza de la violencia en los Estados Unidos, especialmente en las escuelas, así como en el uso de armas por parte de civiles y la "Teoría del miedo" que, según Moore, impera en la sociedad.El film intenta mostrar cómo los ciudadanos estadounidenses "viven absortos en el miedo y la ignorancia, causados principalmente por los medios de comunicación", y hace especial hincapié en el hecho de que la única salida que encuentran "es la posesión de armas de todo tipo".Cuestiona además que su comercialización sea tan natural que cualquier persona pueda adquirirlas en un supermercado y esboza la teoría de que "ese tipo de idea es inculcada desde la infancia por influencia paterna y por los medios de comunicación".Por otro parte, el estudio de los escritos dejados por los atacantes suicidas y un análisis de sus acciones, planificadas durante más de un año, muestran que Harris y Klebold querían causar una matanza generalizada que superara en violencia a la perpetrada en 1995 por Timoty McVeigh en Oklahoma City.Ese, que sigue siendo el ataque terrorista individual más letal en Estados Unidos, dejó 168 personas muertas y 800 heridos. Pero, a diferencia de McVeigh, que tenía una motivación política, Harris y Klebold sólo buscaban terminar sus vidas en un baño de sangre.Fuente: Télam





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