Familiares, amigos y compañeros de colegio de la adolescente de 15 años internada por una grave herida de arma blanca, que la habría propinado una compañera a la salida de una clase de Educación Física, se reunieron este sábado frente al BOP 105 de Oberá y marcharon hasta el centro de la ciudad. “La marcha es por reclamo de justicia y porque quiero respuestas de la escuela, quiero que expulsen a la chica que primero amenazaba a mi hija y casi la mata. Esa chica debe ser tratada por profesionales, queremos respuesta del Ministerio de Educación”, expresó a PRIMERA EDICIÓN Karina Yrepa, madre de la menor atacada.Damaris pasó a sala común del hospital Samic, luego de ser intervenida quirúrgicamente. “Ella evoluciona, pero los médicos me dijeron que su estado es de máximo cuidado y que todavía puede sufrir complicaciones porque el cuchillo llegó a perforarle el hígado”, amplió la progenitora, quien durante las últimas horas debió realizar otra denuncia en la comisaría Cuarta: “Es que la familia de Gisel (16), la presunta agresora, ahora amenazaron a mi otra hija de 13 años, ella ya no quiere venir a la escuela y ayer se acercaron los hermanos con moto en la esquina de mi casa a hacer ruidos en actitud amenazante”.La comunidad está conmocionada por lo ocurrido. Según los testimonio de varias alumnas, las mismas amenazas que sufrió Damaris se ampliaron a sus amigas y compañeras.“Hace un mes vine a hablar con la directora porque el problema con esa chica empezó antes del inicio de clases, como eran reiteradas las amenazas que recibía mi hija le pedí que intervenga y me dijo que iban a tratar el tema, pero sólo pidió custodia policial, así que venía una patrulla a la entrada y salida de clases, pero a la tarde que tienen Educación Física no”, remarcó Yrepa.También sostuvo que el día del ataque, miércoles por la tarde, Damaris volvió de clases con señales de que algo le había ocurrido. “La noté rara, extraña, entró a su dormitorio y la escuché que hablaba con su hermana mayor que le insistía: ‘Tenés que contarle a mamá’. Cuando le pregunté qué le pasaba, me dijo que la madre de Gisel la había amenazado a los gritos a la salida de la escuela diciéndole que la iba a educar a los golpes. Entonces le dije: andá tranquila a Educación Física y cuando vuelvas vamos a ir a hacer la denuncia a la comisaría. Nunca, jamás pensé que podía ser acuchillada por una compañera de colegio”.





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