El ser humano no sirve para estar solo, para nosotros la soledad es un “pelotazo en contra”, la gran mayoría tenemos una tendencia donde existe el ansia por congregarse y compartir con otros, que según para algunos investigadores es hereditaria.Históricamente al agruparnos lo fuimos haciendo en grupos cada vez más numerosos, donde a mayor cantidad de personas había más complejidad en las relaciones, debido a la suma de más deseos individuales para cumplirse, por ejemplo no son lo mismo las pretensiones de un grupo de diez personas, comparadas con las de un millón.Dentro del grupo cada integrante hará lo posible para sobrevivir, tratando de cumplir sus deseos y metas, habrá actividades más comunes a todos como vestirse y alimentarse, y otras metas más raras como querer ser astronauta para uno o investigador el otro.Cada persona posee sus “valores” particulares, a su vez cada sociedad se edificará sobre los cimientos de la suma de sus valores particulares y además creando otros, permitiendo algunas cosas y situaciones, aunque otras no.Cada sociedad seleccionará lo que quiere más y hacia dónde quiere ir, todo esto siempre relacionado a la suma de lo que quieren sus integrantes, los valores que la guiarán serán la honestidad, la justicia con sus leyes, el concepto del trabajo, el significado de libertad, el honor, la educación, el respeto por su historia y su cultura. Todo grupo social edificará un tipo particular de música, variando notablemente, no es lo mismo la música de América, que la de Asia o la de África; donde nosotros en Argentina tendremos dificultad para entender la música esquimal, y viceversa.Ni hablar de las diferencias que encontraremos en el idioma, la medicina, la comida, el vestido, las fiestas patrias, la Constitución, las leyes y sus penas con su aplicación práctica y respeto, el tipo de religión, la clase de educación, el desarrollo de la tecnología e investigación, sus inventos y transportes. Algunas sociedades basan su fortaleza en el trabajo productivo, el sacrificio y la honradez, pero otras están tan infiltradas por la corrupción y la falta en el cumplimiento de las leyes, que todos los valores edificantes se destruyen.Nos dice Ayn Rand (1950): “Cuando advierta que para producir, se necesita obtener autorización de quienes no producen nada; cuando compruebe que el dinero fluye hacia quienes trafican, no bienes, sino favores; cuando perciba que muchos se hacen ricos por el soborno y por influencias más que por el trabajo, y que las leyes no lo protegen contra ellos sino, por el contrario, son ellos los que están protegidos contra usted; cuando repare que la corrupción es recompensada y la honradez se convierte en un autosacrificio, entonces podrá afirmar sin temor a equivocarse, que su sociedad está condenada”.Cada sociedad aprueba o rechaza ciertos comportamientos, avala y promueve algunos, pero prohíbe otros, hay sociedades orgullosas, otras humildes, algunas son sabias otras son superficiales, algunas son educadas y otras brillan por su ignorancia.Algunas sociedades son disciplinadas, otras caóticas, algunas aprenden de su historia y otras repiten indefinidamente sus errores, algunas son guerreras y otras pacíficas, algunas son víctimas y otras son conquistadoras.Algunas sociedades son más solidarias y otras menos, yo trabajo desde hace años en la Asociación de Plantadores de Tabacos de Misiones (APTM), que es una entidad que se encarga de brindar asistencia social y médica a los plantadores de tabaco de esta provincia.APTM es de carácter solidario, esto quiere decir que por más cara que sea la prestación médica que necesite un tabacalero, el aporte conjunto de todos sus miembros le permite solventar los tratamientos más caros y avanzados, como por ejemplo un trasplante, quemaduras graves, accidentados severos. Por otro lado la falta de solidaridad es moneda corriente en algunas sociedades.“Estaba un día Diógenes en la esquina de una calle riendo como un loco. ‘¿De qué te ríes?’, preguntó un transeúnte.“‘De lo necio que es el comportamiento humano’, respondió. ‘¿Ves esa piedra que hay en medio de la calle?, desde que llegué esta mañana diez personas han tropezado con ella y la han maldecido, pero ninguna de ellas se ha tomado la molestia de retirarla para que no tropezaran otros con ella’”. Raúl Berzosa.Algunas sociedades muestran su orgullo por sus creatividades e inventos y otras por sus conquistas violentas, algunas creen en edificar con amor, otras son guerreras y provocadoras, algunas creen en la familia y otras progresivamente van disolviendo la familia tradicional.Algunas son orgullosas creyendo en su historia y sentimientos patrióticos, pero otras se van desprendiendo lentamente de su pasado, algunas son más espirituales y otras más materialistas.Algunas exaltan el buen comportamiento intelectual, el refinamiento del lenguaje y la dedicación hacia la literatura, pero otras no tanto; algunas respetan a las mujeres, los niños y los ancianos, pero otras insultan y degradan a la mujer, aíslan y maltratan a los ancianos y no cuidan a los niños.Uno de los males mayores a los que puede aspirar un ser humano, es la soledad persistente, pasar el tiempo con conocidos, familiares y amigos es una receta que no falla para mantener la salud.Existen momentos de nuestra vida en que necesitamos aislamiento para reflexionar interiormente, pero el estado de soledad permanente daña, es un invitado indeseable para nuestro espíritu, donde nos sentimos desconectados del mundo.Lamentablemente cuando las sociedades se van haciendo cada vez más grandes, una de las consecuencias es la multitud de personas que existen pero poco conectadas entre sí, siendo una soledad encubierta.Hoy en día la soledad causa más muerte que la obesidad, los adultos mayores que están aislados tienen 14% más posibilidades de morir de manera prematura. La soledad impacta en los ancianos con más fuerza los fines de semana y en las noches; produce insomnio, hipertensión arterial, da depresión, disminuye las defensas, produce estrés y disminuye el bienestar subjetivo general o sensación de sentirse bien.Lo ideal es mantenerse en contacto con familiares y amigos, para compartir buenos momentos, pues la soledad se presenta a toda edad, estado social, raza y religión, pero afectando mayormente a los ancianos.Debemos entender que estar juntos no tiene nada que ver con la presencia de personas a nuestro alrededor, sino por la presencia de un sentimiento de conexión con alguien más.Por J.L. Bazán – MédicoDeseo tu opnión: [email protected]




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