Señora Directora: Identificarse con un partido político no significa ser mala persona, aunque muchos aprovechan esa instancia para demostrar que lo son. Personalmente nunca busqué de pertenecer o ser afín a un color político, porque mantengo mi posición de ciudadano argentino y defiendo todo lo que atañe a este bendito país al que no le falta nada para ser potencialmente exitoso. Hemos logrado volver a un estado de derecho, democrático y en el que se puede debatir, discutir y hasta disentir para lograr un consenso en bien del país, al que todavía no le han encontrado “la vuelta” para que demuestre al mundo que tiene todo para ser de primer nivel. No hace falta describir y detallar los innumerables errores y despropósitos que generó la gestión pasada, porque quien tenga “dos dedos de frente” está al tanto de ello; pues entonces, a sabiendas de las consecuencias heredadas, ¿por qué no darle el tiempo suficiente a este nuevo gobierno para que demuestre su capacidad de gobernar ante la sociedad en conjunto? El apoyar lo nuevo es demostrar patriotismo, entrega en bien de los objetivos nacionales, provinciales y municipales. Criticar arteramente y sin fundamentos, adoptando criterios antojadizos de un grupo rebelde o suponiendo situaciones vacías de contenido, no serán las formas que nos conducirán a una salida positiva y de crecimiento que necesitamos todos los argentinos. Se dice “nadie es dueño de la verdad”, pero la verdad nace de distintas opiniones y finalizado el debate, el resultado será la mejor opción en beneficio de todos. Tratar de imponer ideas no es la mejor manera de lograr objetivos, pero aceptar la posibilidad de aunar criterios, será lo más lógico y razonable. Quizás, falten muchos años para que nuestra democracia sea la anhelada, todo dependerá de la paciencia y tolerancia de quienes la sostenemos.





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