En Misiones hubo 13 femicidios durante 2015. Cuando se conocen las trágicas estadísticas, se intensifican las voces que reclaman la falta de casas refugio para las víctimas de violencia de género, para que puedan allí encontrar ayuda y no haya que lamentar más estos números. En Puerto Rico se da una cuestión preocupante: tienen el espacio y el equipo interdisciplinario listo para trabajar, pero falta decisión política para que el lugar se ponga en funcionamiento.Sucede que el año pasado, dos líneas internas de la Renovación de este municipio se disputaban el proyecto de una Casa Refugio para víctimas de violencia de género; pero finalizado el año electoral se le terminó el entusiasmo a ambos y ni uno ni otro concretó el tan necesario proyecto. Por un lado, Federico Neis pretendía la reelección, que después logró, y prometió avanzar con el proyecto hasta finalmente implementar un refugio. En tanto eso se consolidaba, habilitaron desde la Municipalidad una nueva oficina para la atención de personas víctimas de violencia denominado “Área de Prevención de Violencia Familiar y de Género”; destinado a brindar el mismo servicio que ya se venía ofreciendo por parte del grupo multidisciplinario, pero ahora con los bombos y platillos de una inauguración meses previos a la elección. El otro fue el exconcejal y excandidato a intendente Carlos Koth, quien presentó al Honorable Concejo Deliberante un proyecto de Ordenanza para la creación de una “Casa Refugio” para mujeres en situación de riesgo respaldado en la Ley 26.485 de Violencia de Género. Junto a otras personas interesadas en el tema, el exedil consideró que era ideal la casa ubicada frente a la Unidad Regional IV, ya que queda junto a la Comisaría de la Mujer y es una propiedad del municipio. Sin embargo, este proyecto tampoco prosperó. Pasaron las elecciones y ya nadie se ocupó de continuar con las gestiones para que se pueda solucionar uno de los graves problemas que tiene esta localidad: la falta de un espacio físico en el que resguardar a las víctimas en situaciones extremas. La lucha que llevan adelante personas e instituciones de esta localidad para ayudar y rescatar a mujeres en situación de riesgo, durante muchos años sufrió la ausencia de un lugar físico donde refugiar a madres con sus hijos cuando huyen de sus hogares para preservar su integridad física, o en algunos casos la vida. Como lo que ocurriera hace unos meses con una madre del Barrio Rural, que debió huir de su casa en plena madrugada con sus tres hijos pequeños porque, según sus declaraciones, su expareja le había incendiado la casa con ellos adentro en una clara intención de asesinarlos. Esa mamá pasó la noche en la Comisaría de la Mujer, durmiendo con sus hijos sobre un colchón en el piso. La casa frente a la Unidad Regional era y sigue siendo el lugar ideal y en este punto, coincidían ambos renovadores y ambas intenciones. Necesitaría inversión en instalaciones como baños y mobiliario, mientras que el equipamiento y los recursos humanos podrían ser provistos por la Provincia; pero este año ningún político se manifestó interesado en ofrecer una alternativa o en avanzar en gestiones. La casa está, el equipo multidisciplinario también; y las víctimas lamentablemente también dicen presente. Sin embargo, en el laberinto de la burocracia y la lista de prioridades de los dirigentes, este reclamo de la sociedad dejó de ser una urgencia.





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