Cuando alguien se nos acerca enojado a gritarnos o atacarnos, o cuando vemos que se avecina una discusión, lo más sano que podemos hacer por el otro y por nosotros mismos es: ESCUCHAR. No por nada hay un dicho que dice: "después de la tormenta siempre viene la calma". Cuando alguien se siente enojado y no puede en ese momento controlar su emoción, lo que necesita es descargarlo, expresar lo que tiene adentro (sin que mi integridad psicofísica se vea afectada o dañada obvio) y casi siempre el enojo es producto de un malentendido, o del no diálogo previo al enojo de aquello que me venía molestando. Y así es como -después de escuchar todo lo que tenia para decirnos-, todo, absolutamente todo, es cuando también seremos escuchados con la misma atención, y en este estado es inevitable no llegar a un acuerdo… Porque lo que doy recibo, y así todo es más agradable y sano.Colabora: Natalia de las NievesTerapeuta motivacionalEn Facebook: Rincón De Luz y Bienestar154366593





Discussion about this post