Señora Directora: Jaime Durán Barba se ha transformado en profeta de la política. Sus ideas cobraron resonancia desde que ha acertado en los gustos de la gente. La derecha empezó a utilizar sus estrategias y con los medios de comunicación a su favor, no les soplan vientos en contra. La televisión pareciera ser la nueva Biblia y lo que se dice en ella, palabra santa. La gente queda confundida, no sabe qué pensar, y prefiere la manzana masticada que por masticar y etiqueta en Facebook como en al vida real. Mientras los medios de comunicación estén monopolizados por grandes corporaciones, la verdad estará monopolizada. Por eso mientras no haya una ley de medios que garantice la voz y la palabra de todos los sectores de la sociedad, de los que no suelen ser escuchados, no podrá haber una verdadera democracia que busque el bienestar general. Sin medios de comunicación imparciales no puede haber una justicia imparcial. Si los medios de comunicación manejan la información, pueden manejar a la gente, porque la realidad está construida a partir de ellos. Utilizan las palabras como precisos engranajes que hace andar la máquina de sus beneficios. Una palabra, un vídeo, una foto, utilizadas fuera de contexto, justifican cualquier pretexto, y si no tiene nadie que lo desmienta, se hace juez y parte de su mismo juicio. Por eso los gobiernos progresistas del sur del continente están sufriendo una gran campaña en su contra, basada en personas y no en hechos. La detención de Lula en Brasil, con decenas de policías y medios agresivos haciendo un espectáculo que busca desprestigiar la candidatura a una nueva presidencia de Lula además de borrar los logros obtenidos en justicia social. Sergio Moro el juez que está investigando al ex mandatario dijo en un evento con empresarios el año pasado, “la iniciativa privada tiene mejores condiciones de liderar un movimiento contra la corrupción…” Esa “iniciativa privada” es la misma que evade 500 mil millones de reales de impuestos todos los años y tiene 30% del Producto Interno Bruto (PIB) de Brasil en paraísos fiscales. Esto último pareciera no preocuparle. Además de que el impulsor del juicio político contra la presidenta Dilma Rousseff es el procesado por corrupción Eduardo Cunha, un ultraconservador del PMDB (Partido del Movimiento Democrático Brasileño) a quien la fiscalía de Suiza le descubrió cinco cuentas no declaradas adonde fueron depositados cinco millones de dólares. La oligarquía empujada por la crisis internacional, incentivo a reducir el gasto público en Brasil, imponiendo la idea de estado mínimo, mucha gente quedo desocupada, trayendo mucho malestar social que puede significar el cambio de rumbo de gobierno; donde la derecha busca recuperar sus espacios y donde las clases más vulnerables corren el peligro de quedar a la merced de egoístas intereses.





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