Señora Directora: En los últimos años ha crecido la ingesta de bebidas alcohólicas y los principales protagonistas del consumo son los jóvenes lamentablemente.Especialistas en neurología aseguran que beber en exceso, aún cuando sucede sólo los fines de semana, puede dejar daños irreversibles, especialmente en el cerebro.El consumo de bebidas alcohólicas dejó de ser un patrimonio exclusivo de los adultos hace tiempo. Los jóvenes son los principales consumidores de esta sustancia que no solamente es peligrosa, porque puede generar adicción, sino también porque el exceso favorece un alto nivel de riesgo. Concretamente y aunque los datos estadísticos no se refieran a las edades, se sabe que mientras en 1966 se consumían 9,5 litros de cerveza por habitante al año en la Argentina, en 2003 esa cifra ya ascendía a 36 litros (¿cuántos litros serán actualmente?).Si estos datos se extrapolan a la población joven se obtiene una realidad por lo menos llamativa, no desde un costado aleccionador, sino pensando en las consecuencias.“Se sabe que el consumo excesivo de alcohol durante la adolescencia causa daños irreparables en el cerebro, estos se traducen en fallas en la memoria, déficit en la atención y dificultad en la toma de decisiones. También es muy frecuente encontrarnos con la disminución o desaparición del control inhibitorio”, expuso el doctor Ricardo Allegri, médico neurólogo, jefe de Neurología Cognitiva, Neuropsicología y Neuropsiquiatría de la Fundación Fleni (Fundación para la Lucha contra las Enfermedades Neurológicas de la Infancia), con sede en Escobar, provincia de Buenos Aires.La “previa” es el término con que se conoce a las reuniones de jóvenes que se realizan en la casa de alguno antes de ir a un boliche o una fiesta. También eligen ese lugar para “rematar” el festejo o encuentro con música a alto volumen y alcohol sin respetar a los residentes que viven en las inmediaciones. Durante esos momentos, que por lo general se llevan a cabo ambos días del fin de semana, los adolescentes muchas veces no toman por gusto, sino porque consideran que el alcohol es una “herramienta” modificadora de la conducta y del humor, porque así se sienten imbatibles, reaccionando ante cualquier motivo que no sea de su agrado.“Aunque se tome alcohol sólo durante los fines de semana, la posibilidad de que se desarrollen daños irreversibles está presente, debido a que como ocurre con todas las otras partes del organismo, durante la adolescencia el cerebro se encuentra en la etapa de maduración y no cuenta con la fortaleza suficiente para defenderse de las ‘agresiones’ que sufre como consecuencia de los hábitos”, agregó el especialista.En cuanto a cuáles son los cambios concretos que se producen en el cerebro, Allegri enumeró: menor tamaño del hipocampo (el cual regula las emociones y se asocia a la memoria a largo plazo); disminución de la corteza prefrontal y peor calidad de sustancia blanca.Lo más lamentable es que haya padres que apañan a su hijo alcohólico y hasta demuestran actitud beligerante para defenderlo cuando el adolescente incurre en faltas o conductas violentas.





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