Hace 20 años, un conocido le pidió que diera una charla sobre surmenage a la mesa gerencial de una empresa de Buenos Aires. Desde entonces, el licenciado en teología y psicología, Daniel Wengrovsky, ya recorrió todo el país para dictar seminarios sobre control del estrés. Desde el viernes y hasta el martes, dicta el seminario libre y gratuito “Una mente sana, pero feliz… en las circunstancias difíciles” en esta ciudad, organizado por la Secretaría de Extensión del Centro Adventista de Vida Sana de Leandro N. Alem y Puiggari, Entre Ríos). En diálogo con PRIMERA EDICIÓN, Wengrovsky indicó que “hoy, más que nunca, se necesita tener los recursos necesarios para enfrentar las situaciones estresantes de la vida, que son miles. El seminario gira en torno a la idea de tener una mente sana y a la vez feliz para enfrentar situaciones de riesgo, complicadas y estresantes. Tiempo atrás decíamos que mente sana, cuerpo sano. Hoy sabemos que no es así, la mente sana se enferma independientemente del cuerpo porque hay situaciones que la agreden permanentemente. La mente se puede enfermar primero y luego el cuerpo acompaña… por eso 9 de cada 10 enfermedades físicas hoy se originan en las emociones, en la mente”.En las malas Según adelantó el disertante, “entre los puntos claves que abordaremos está la defensa de la alegría de vivir como estado mental y emocional, a pesar de las circunstancias que nos rodean. Esta defensa es sumamente terapéutica… uno no puede sentirse siempre alegre pero si puede defender ese estar como elemento para enfrentar las adversidades y las crisis”.Al respecto, analizó que algunas personas utilizan como recurso evadir todas aquellas situaciones que le pueden hacer mal. “Pero ¿hasta dónde podemos evadirnos?. Si las noticias sobre la violencia o la guerra religiosa nos hace mal… no las miramos. ¿Hasta dónde podemos cerrarnos a la realidad?. La realidad es el otro, lo que nos rodea… si cierro todos los grifos y me encierro en mí mismo, precisamente en ese encierro se cocinará un proceso depresivo”, remarcó. Por ello, opinó que “la negación no es la salida. Es fácil sentirse feliz en las mejores circunstancias, pero lo que tratamos de abordar es cómo mantenernos alegres en circunstancias adversas”. Las crisis de la vida El especialista se refirió a las crisis que sufren las personas y distinguió tres grandes tipos de crisis. “Están las crisis personales que se construyen gota a gota. Son pequeños problemas no resueltos, ya sea por falta de tiempo o por falta de ganas. Son como piedras en el zapato que se van acumulando hasta que el peso de estas pequeñas cosas no resueltas nos impiden seguir caminando. Estas crisis explotan en un momento determinado pero devienen de tiempo atrás”, indicó. Otro tipo de crisis es la producida por un hecho crítico concreto, “estas crisis se generan de la noche a la mañana, muchas veces por pérdidas o grandes trastornos no previstos ni deseados… a veces la vida le golpea en la cara y no sabemos cómo rearmarnos para seguir”. Wengrovsky ahonda también en las crisis del vacío, “del saber que está todo bien pero siento una gran frustración entre lo que soñaba ser y lo que soy. La crisis del balance que suelen sufrir las personas después de los 30… sienten que todavía les queda hilo en el carretel pero no tantas ganas para volver a empezar”. Señaló que para enfrentar las crisis se requiere desarrollar un espíritu resiliente, “la resilencia es la capacidad humana que nos permite afrontar las adversidades y crisis; y resurgir entre éstas”. El desgaste de vivir En diálogo con PRIMERA EDICIÓN, el especialista indicó que “las mujeres piden ayuda en forma más temprana que los hombres y eso se nota en los seminarios de control del estrés donde más del 75% de los que asisten son mujeres”. Añadió además que “después de 20 años de dar estos seminarios, una de las cosas que me llaman la atención es que cada vez participan más jóvenes”. Para Wengrovsky, “el estrés es el desgaste de vivir. Uno va perdiendo la capacidad de manejar su estrés cotidiano, porque nos vamos desgastando con los años y porque los niveles de estrés que vivimos en la actualidad son muy altos. El desgaste es inevitable, no existe un curso anti estrés. La vida es estrés. Pero, al igual que un neumático que si está mal alineado se puede malgastar… si tenés una forma de pensar que genera más desgaste, tenés que corregirlo”.





Discussion about this post