Ubicado a unos siete kilómetros del caso urbano de San Javier, se levanta el Cerro Monje, sobre el margen del río Uruguay. Hasta allí, miles de fieles llegan año a año para el Vía Crucis (en 2015 fueron más de 20 mil personas) que caminan hasta una pintoresca Capilla y un calvario. Allí, el próximo jueves (Santo) a las 19 horas se realizará la tradicional procesión con antorchas desde el pie del cerro hasta la cima. A las 20, se prevé una Misa con lavatorio de los pies y adoración al Santísimo. como parte de las actividades de Semana Santa.Hay muchos testimonios de eventuales viajeros que cuentan partes de una misma historia dedicada a la fe. João Pedro Cay, escribió en 1861: “A alguna distancia hacia el norte de San Javier, se halla un gran cerro, llamado Cerro del Monje, donde se refugió a fines de 1852 un célebre monje italiano. Este, según el relato, plantó una cruz y levantó una capilla donde se veneraba al Señor de los Desiertos. La imagen había sido traída del Brasil, de la Reducción de San Luis. Desaparecido el monje, la imagen habría sido repatriada con la esperanza de que siga haciendo milagros. Los vecinos acudían al Cerro especialmente en Semana Santa”.La primera comisión del Cerro Monje fue creada por la Municipalidad de San Javier en 1898. Se sucedieron unas tras otra, con esfuerzo y sacrificio hasta que en 1982 se gestionó la entrega del predio, donado por sus tres dueños, a la Diócesis de Posadas. Allá por el año 1930 visitó el Cerro Monje en Semana Santa el P. León Thiel y más tarde, llegando siempre en canoa por el Río Uruguay, en 1958 a 1960 el P. Juan Markiewicz acompañado del P. Juan Stass que era párroco. Luego ayudó también el capellán de Gendarmería, el P. Bruno Ostropolski, quien sugirió la construcción de las Estaciones del Vía Crucis, a lo largo de la pendiente. (Fuente: Misioneros del Verbo Divino)




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