Señora Directora: Tres generaciones argentinos hemos crecido con el eslogan “liberación o dependencia”. Está en nuestro inconsciente y en nuestra genética. Perón mismo señaló que en 2000 a los hijos de este suelo nos encontrarían unidos o dominados. Cuánta razón tenía, porque estamos dominados y divididos, no por los imperialismos en pugnas: Estados Unidos, Unión Europea, Rusia, China, sino por nuestras emociones que les ganan por varios cuerpos a la razón y al sentido común. Porque, en verdad, ahora se carece del razonamiento surgido de un pensamiento coherentemente crítico y ecuánime ni tampoco hay diálogo. Y nefastamente a esta herramienta fundamental del entendimiento y la comprensión la convirtieron en arma de agresión apuntando al enemigo. ¿Y el enemigo quién es? Es el ex-adversario de uno y otro bando, porque en nuestra Argentina no existen más adversarios; es una entelequia, pues se los ha eliminado como se elimina a las infestaciones. Asimismo las acciones que surgen y, por lógica consecuencia, crean reacciones contestarías que deberían ser razonable, aquí generan cadenas de petardos que les estallan a quienes se animen a opinar. Y si opinan, los opinadores devuelven bazucas y granadas verbales. Mientras nosotros nos petardeamos internamente y el mundo sigue andando, se va imponiendo el pensamiento hegemónico moderno de los viejos y nuevos imperios en pugnas: “Dividirlos para penetrarlos sin tiros”. Modelo impuesto en Occidente por los poderosos del planeta desde la caída del muro de Berlín. Práctica inaugurada primigeniamente por los yanquis, que fue aplicada después por la Comunidad Económica Europea; luego por los rusos, aunque siguen empleando el garrote, y ahora los chinos de la mixtura pragmática de capitalismo-comunismo. Ellos conforman la exclusiva mesa de póker para cuatro que se va instalando con miras al futuro.¿Y el futuro? Dio comienzo a mediados del siglo pasado cuando los rusos mandaron al espacio a la perra Laika en 1957. Y la misión Apolo Xlll con los tres hombres a la Luna indicaba el portentoso comienzo de la era espacial con todas las consecuencias inimaginables. Por aquel entonces pronosticaban que el hidrógeno propulsaría aviones-cohetes que uniría América con Europa en par de horas. Y de no creer, ya están programando viajes de turismo a la Luna. Asimismo, está en estudio la utilización del rayo láser con un generador en la Tierra y otro similar en un satélite espacial. El rayo calentará un fluido potente que al ser expelido por una tobera propulsará un vehículo cósmico. Como la energía no está a bordo, el peso de vehículo disminuirá en consecuencia. Y ya se filtró que los chinos tienen un estudio avanzado de utilizar al sol como fuente de energía, que cambiará for ever la historia de la producción energética. Lo más espeluznante es que técnicos del espacio, especialmente de la NASA, esperan construir para antes de fin de siglo satélites gigantes de varios kilómetros de diámetro que albergarán científicos, técnicos y obreros. Cómo estos satélites están liberados de la gravedad, la industria podrá elaborar productos pesados y más barato que en la tierra. Se prevé que en estas superestaciones orbitales, parejas de astronautas den nacimientos a niños del espacio, es decir a “niños del futuro” Y volviendo a la liberación o dependencia de un país donde la grieta entre argentinos se agranda, debemos colegir que Perón se equivocó de siglo, de lo contrario hubiera dicho “El tres mil nos encontrará unidos o dominados”.




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